MILÁN – ¿Cuántas veces hemos visto ya este partido? No hay supersticiones, pero cuando vuelves de tres 0-0 consecutivos ante el mismo rival, cuando en esos tres partidos viste poles, cruces, atajadas, salvadas, cuando saliste decepcionado a pesar de las montañas de goleadores, llegas a un punto en el que dices: ¿de verdad, otra vez?

Porque Inter-Shaktar, durante una hora, siguió siendo el mismo partido: Nerazzurri todos adelante, marcando repetidos, una primera parte con 15 tiros, dos goles anulados, muchas paradas sensacionales (de Trubin).

Entonces, finalmente, el vidrio de la puerta del Shakhtar se rompió en mil pedazos. El muro se derrumbó, sacudido por las cargas de Ivan Perisic, derribado por los golpes de Edin Dzeko. 2-0, prepararse para el número 9. Tres puntos muy fuertes, que llevan al equipo de Inzaghi, desatado en el júbilo 1-0, a 10 puntos. Ahora se espera el Real Madrid, sobre el terreno de juego contra el Sheriff: el Inter se clasifica para los octavos de final si el equipo moldavo no gana. El ranking dice: Inter 10, Real Madrid 9, Sheriff 6 y Shakhtar 1.

Una película ya vista, con los mismos intérpretes y el guión habitual. Presentarse a este Inter-Shakhtar vital para la jornada en la Champions League con todas las buenas intenciones y el impulso de la hermosa victoria sobre el Napoli no era suficiente, sabíamos que no sería suficiente. Porque en el extraño aire que envuelve los partidos con los ucranianos siempre se cierne un espectro: el del 0-0. Tres consecutivos: los dos pesados ​​y decisivos de la temporada pasada, aderezados con centros y paradas de Trubin. Y el de la ida, aderezado con travesaños y milagros de Pyatov. Por cuarta ronda consecutiva de este desafío, el joven y fuerte Trubin regresa a los puestos y una vez más desempeña el papel de Superman. Una cifra narra claramente la primera parte del partido de San Siro: 15 tiros en 45 minutos para el Inter, 11 desde dentro del área de penalti, 5 en el espejo. Todo ante el 43% de posesión de los nerazzurri. Por otro lado, el marcador está claro: el Shakhtar de De Zerbi que regatea, construye la acción en su propia área y atrae al Inter. Un plan de juego muy esperado, que el equipo de Inzaghi intenta explotar a su favor, llevando a los ucranianos a cometer errores.

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