La Tierra está en camino de ver nacer sus anillos tal como los de Saturno, salvo que los terrestres estarían formados por basura espacial. 

Cuatro de los vecinos cósmicos poseen algún tipo de anillo alrededor de ellos, se trata de los cuatro gigantes gaseosos. Aunque conocemos a Saturno por ser el más destacado de todos, ya que posee los anillos más grandes y densos de todo el Sistema Solar. Pero no es el único, Júpiter, Urano y Neptuno también tienen anillos, aunque mucho menos perceptibles. Y la Tierra está en camino de unírseles, salvo que sus anillos no serán naturales, sino de basura espacial.

Jake Abott, profesor de la Universidad de Utah asevera que “la Tierra está en camino de tener sus propios anillos”. Aunque se refiere a la cantidad de escombros que ya existen y que siguen siendo enviados hacia el espacio. “Simplemente estarán hechos de basura espacial”, dijo al Salt Lake Tribune.

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Entre los planetas que poseen anillos, los de Saturno son los más espectaculares, tanto que pueden ser observados a través de un telescopio no tan potente desde la Tierra. Están compuestos de hielo y roca que han quedado atrapados en la órbita saturnina por la acción de la gravedad. En los demás casos el escenario es muy similar, los restos que deambulan en derredor de los gigantes helados también poseen una composición de polvo cósmico y hielo.

En la Tierra en cambio, el nacimiento de anillos está en transcurso y no están hechos precisamente de polvo cósmico, sino de basura espacial humana. Totalmente derivados de las actividades de exploración aeroespacial y telecomunicaciones, la órbita terrestre se está convirtiendo en un vertedero de desechos metálicos.

Anillos creados con basura espacial 

El Departamento de Defensa y la Oficina del Programa de Desechos Orbitales de la NASA contabilizan minuciosamente todo aquello que se lanza al espacio. En ese sentido, mantienen monitorizados los objetivos que circundan al planeta por acción de la gravedad. Se estima que existen al menos unas 23 mil piezas de desechos espaciales. La NASA nombra a estos como desechos orbitales para referirse al gran camino de objetos obsoletos que rebasan el tamaño de una pelota de beisbol y hasta cientos de veces más pequeños que esta. Tales desperdicios se encuentran constantemente viajando en derredor a una velocidad aproximada de casi 29 kilómetros por hora.  

Los desechos más grandes representan desde luego, una amenaza para los futuros viajes espaciales. De todos los escombros, se cree que sólo de 200 a 400 piezas regresan a la Tierra y se desintegran en la atmósfera. Sin embargo, el aumento de lanzamientos espaciales supondrá un aumento en la basura orbital en un futuro.

Los astrónomos están en contra de la cantidad de satélites artificiales que se están lanzando a medida que la carrera espacial avanza. Elon Musk, por ejemplo, está en proceso deponer en órbita miles de satélites artificiales para ofrecer su servicio de internet satelital. Los astrónomos advierten del bloqueo de visibilidad para el estudio astronómico a causa de las constelaciones de satélites, que más adelante se convertirán en un verdadero problema.

Por ahora los investigadores intentan descubrir cuál es la mejor manera de limpiar los escombros dejados por el hombre en la órbita. Y se han desarrollado ya algunos prototipos, aunque nada de acción todavía, eso llevará más tiempo. Si las cosas continúan como hasta ahora, la Tierra tendrá también anillos como Saturno, aunque formados por basura espacial.

ecoosfera.com