Diana Carolina Montoya Henao Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia 

La Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas será la primera Casa Cultural y escuela de artes en la puerta del Amazonas: el Guaviare. Previous

El proyecto “El Nuevo Umbral de la Amazonia”, ganador de un concurso de ideas para el diseño arquitectónico convocado por la UNAL y la UniValle. Foto: archivo del proyecto de la Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas.
El proyecto “El Nuevo Umbral de la Amazonia”, ganador de un concurso de ideas para el diseño arquitectónico convocado por la UNAL y la UniValle. Foto: archivo del proyecto de la Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas.
Clases de la Escuela de artes y comunicaciones en la Casa de la Cultura.
Clases de la Escuela de artes y comunicaciones en la Casa de la Cultura.
Los recursos destinados para mano de obra se repartirán equitativamente entre quienes tienen el saber y la comunidad. Foto: archivo del proyecto de la Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas.
Los recursos destinados para mano de obra se repartirán equitativamente entre quienes tienen el saber y la comunidad. Foto: archivo del proyecto de la Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas.

La Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas y la Escuela de Formación en Artes y Comunicaciones son el sueño que han estado materializando en 2021 las organizaciones del Centro Poblado Jaime Pardo Leal Las Colinas, en San José del Guaviare.
 

En septiembre pasado el proyecto “El nuevo umbral de la Amazonia” resultó ganador del “Concurso de ideas para el diseño arquitectónico de la Casa Cultural en el Centro Poblado Las Colinas Jaime Pardo Leal, San José del Guaviare”, convocado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y la Universidad del Valle (Univalle).
 

El proyecto, presentado por Gustavo Adolfo Barco Isaza, Natalia Caicedo Mosquera, Alexis González Ramírez y Norberth Aristizábal Marí, articula un edificio y un parque, el primero hace las veces de puerta que se abre al paisaje y une las dos realidades del territorio nacional colombiano: la urbana y la rural. 
 

El parque se convierte en el jardín conmemorativo, una chagra amazónica, lugar de rito, arte y paz, que envuelve el edificio para darle más significado al permitir que todo el conjunto se nutra y se articule con el entorno. 
 

La Casa también tendría un techo en pendiente que permitiría recuperar el agua lluvia para reutilizarla en el riego y otras actividades diarias. Con el diseño se busca generar aislamiento térmico, con un cielorraso en esterilla de guadua, además de crear sombra con árboles perimetrales y permitir el paso del viento con plantas de hoja ancha y palmeras. 

“El nuevo umbral de la Amazonia” genera la sensación de que estar adentro es también estar afuera, por su conexión con el entorno. 

Los recursos destinados para mano de obra se quedarán y repartirán equitativamente entre quienes tienen el saber (ornamentador, soldador, maestro y ebanistas-carpinteros) y los que aprenderán (la comunidad). A partir del trabajo en mingas comunitarias se espera generar procesos de autoconstrucción, lo cual engrandece las múltiples relaciones parentales y vecinales, mejorando de generación en generación, en la cual pueden formar parte de manera activa tanto hombres como mujeres.

La convocatoria se realizó en el marco del Convenio Específico de Cooperación entre la Facultad de Artes de la UNAL Sede Bogotá, la Cooperativa Multiactiva Ecomún Jaime Pardo Leal (Coojapal), la Asociación de Mujeres Jaime Pardo Leal (Asomujapal) y la Fundación Cultural y Folclórica Raíces de Mi Tierra, que contribuyen al proceso de reincorporación, reconciliación y fortalecimiento del tejido social de la escuela de arte y comunicación.

Nuevo espacio para las artes

El Centro Poblado Las Colinas Jaime Pardo Leal inició su proceso de asentamiento en 2016 y hoy tiene una población aproximada de 500 personas, 228 de las cuales se encuentran en proceso de reincorporación (143 hombres y 85 mujeres), en el marco de la implementación del Acuerdo Final de Paz suscrito entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP. 

Cuenta con una población infantil de 130 niños y 15 personas de la tercera edad. Además 47 habitantes se reconocen como parte de alguna de las etnias que se encuentran en el territorio del Guaviare. 

Aunque la comunidad cuenta con espacios educativos, recreativos y culturales, como una cancha de microfútbol, una cancha de vóleibol, un parque biosaludable y un espacio para el cuidado de los niños, tienen la necesidad de edificar una Casa Cultural en la cual funcione la Escuela de Arte Comunitaria y Participativa, con enfoque de género y ambiental. 

Escuela de artes y comunicaciones 

En la vereda de Las Colinas comenzaron los procesos de formación en teatro, danzas, artes, música y comunicaciones. Entre agosto y octubre 100 estudiantes y 40 niños llegaron cada sábado a dinamizar el territorio por medio del color, el movimiento del cuerpo y la música.

Otra iniciativa es promover la Escuela como un espacio itinerante para que el arte y la cultura también llegue a las veredas aledañas. Hasta el momento se ha podido avanzar en la línea de comunicaciones en la cual se han dejado capacidades instaladas de conocimiento básico y técnico de computación, a solicitud de los estudiantes de la escuela.

Espacio de cuidado

Otra apuesta emprendida que ha dado resultados positivos es la activación del espacio de cuidado, liderado por las mujeres reinsertadas, campesinas y técnicas de atención a primera infancia que habitan que trabajan en el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación. 

Con este se quiere garantizar la participación activa de los estudiantes de la Escuela con la colectivización del cuidado de sus hijos. Contar con este espacio fomentó además la adquisición de experiencia profesional y crecimiento personal de las mujeres de nuestro territorio, la participación de mujeres en la Escuela y la apertura de espacios recreativos a la comunidad.

Retos

Uno de los principales retos es que se sigan realizando más versiones de la Escuela y que sus actividades lleguen a todo Guaviare. 

Otro es que la construcción de la Casa de la Cultura, Arte y Paz Jacobo Arenas se termine –por el momento avanza la primera fase– y se convierta en uno de los ejes culturales más importantes de la región, representando la oferta cultural rural y promoviendo más espacios físicos que fomenten la identidad territorial, la memoria colectiva y la reconciliación.

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