La Estrategia de Conservación Pirenaica (ECP) trabajará sobre cinco áreas o sistemas de cooperación “transversal y multidisciplinaria”, ha explicado a Efe el técnico y gestor de proyectos del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC) Juan Terrádez Mas.
El OPCC es una iniciativa transfronteriza de cooperación territorial europea en materia de cambio climático que fue lanzada en 2010 dentro de la Comunidad de Trabajo de Pirineos y está integrado por expertos de cuatro regiones españolas (País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña), dos francesas (Nueva Aquitania y Occitania) y el Principado de Andorra.
“El cambio climático toca tantos aspectos que hemos dado a esta iniciativa una visión más inclusiva, categorizándola por sistemas”, ha detallado Terrádez, quien asegura que están todos “muy entrelazados entre sí”: clima, población y territorio, espacios naturales resilientes, gobernanza y economía de montaña adaptada.
Estos cinco sistemas se subdividen en quince desafíos, “lo que queremos abordar de manera prioritaria en cada uno”, mientras que los desafíos a su vez se aplicarán a través de ochenta y nueve líneas de acción prioritaria.
El clima
Por ejemplo, en el sistema clima “el desafío principal es disponer de información climática actualizada, procesada y accesible para todos los actores del Pirineo, tanto lo ocurrido en el pasado reciente como lo que dicen los famosos modelos climáticos para el futuro”.
En este caso, la acción prioritaria será “tener toda esa información al día, con AEMET, Météo-France…, todos los servicios climáticos y meteorológicos asociados de la región” de manera que cualquier usuario pueda acceder a la web del OPCC y descargar los últimos datos contrastados científicamente para ordenar y planificar el territorio ante desafíos como sequías, fenómenos extremos u otros.
La economía de montaña adaptada
Otro sistema, el de economía de montaña adaptada, muestra la transversalidad del concepto, ya que “engloba muchos aspectos: desde el agropastoralismo hasta el sector turístico” y, en este último caso, especialmente el de nieve “ya que se ha ido reduciendo progresivamente la cantidad disponible, aunque hay años extraordinarios como éste, pero la evolución del clima a lo largo de decenios, que no la de la meteorología que es la que marca que este año haya nevado mucho, nos alerta de esa escasez”.
Así, la idea es “hacer un análisis de los sectores socioeconómicos más sensibles al cambio climático y a través de la adaptación tomar medidas que los hagan más resilientes”, además de aprovechar también “las oportunidades emergentes para otro gran desafío, que es fijar población en el territorio” y afrontar así la falta de recambio generacional en algunas actividades como la ganadería extensiva o la agricultura.
Una de las acciones concretas pasa por plantear medidas concretas para desestacionalizar la actividad turística, “de manera que los trabajadores en las estaciones turísticas no sólo trabajen en invierno sino más allá de la temporada de nieve”, aunque es preciso “encontrar la fórmula para cada una, porque son casos diferentes aunque los desafíos climáticos sean similares”.La transversalidad que “nos permite tocar todos los sectores, tanto los socioeconómicos como los biofísicos” es lo que permite a Terrádez calificar la ECP como “una estrategia única en Europa”, que la diferencia de “otras estrategias trasnacionales para actuar contra el cambio climático, en sectores como riesgos naturales o gestión de recursos hídricos, en los Balcanes o los Alpes”.
Los Pirineos y el cambio climático
“Partimos de la base de que los Pirineos constituyen una biorregión especialmente sensible a los impactos del cambio climático” porque hay muchos ecosistemas “al límite” y entre ellos algunos tan especiales como sus glaciares, que son los más meridionales del continente europeo.
Una vez constituido el marco general de la ECP, el próximo desafío “inmediato e importante” es conseguir la financiación necesaria para el plan operativo, “del que dispondremos el próximo mes de abril”, aunque la OPCC confía en conseguir fondos del programa Life e Interreg Poctefa. EFEverde