Vista de un amanecer en julio en Pinar del Río (Cuba).

Como isla en el Caribe, Cuba está especialmente expuesta al calentamiento global, pero cuenta con un plan a cien años para afrontarlo, según el documental “Tarea vida de Cuba: combatiendo el cambio climático”.

Este repaso audiovisual de los esfuerzos de Cuba ante el gran reto global del siglo XXI se estrenó en la última cumbre del clima, la COP26, y llega ahora al gran público en pases públicos en distintos continentes y en abierto a través de internet.

“La Tarea vida (nombre del plan cubano frente al cambio climático) no es una ley más, es un nuevo paradigma de desarrollo”, asegura en una entrevista a EFE Helen Yaffe, productora del documental y profesora de Historia económica y social en la Universidad de Glasgow (Reino Unido).

Yaffe, especializada en el desarrollo económico cubano, explica que esta isla es responsable de apenas el 0,08 % de las emisiones contaminantes globales, pero que, por su localización y geografía, sus habitantes están especialmente expuestos ante el cambio climático.

En los últimos años los huracanes han aumentado en número y fuerza, las temperaturas se han elevado en un grado, las oscilaciones entre máximas y mínimas se han aplanado y las precipitaciones se han reducido.

Se está dando una “transición completa” de un clima tropical húmedo a un clima tropical subhúmedo, resume en el documental el asesor del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (Citma) Orlando Rey Santos.

Luego está el problema de la deforestación: el sistema colonial y la apuesta por la caña de azúcar redujeron el área boscosa del 95 % precolonial al 14 % en 1959, según el libro “From rainforest to cane field” (De la selva a los campos de caña) del historiador cubano Reinaldo Funes. Actualmente, según cifras del Citma, ronda el 30 %.

Además, el nivel del mar está subiendo, lo que afecta al medioambiente, la economía y los asentamientos en la costa. El Gobierno cubano estima que será preciso reubicar a más de un millón de personas, el 9 % de la población del país.

El documental, en el que aparecen casi exclusivamente representantes del Gobierno cubano, ofrece una visión eminentemente positiva del programa “Tarea vida” y no incluye voces de grupos ecologistas.

Un programa “único”

Frente a los riesgos del cambio climático, Cuba ha puesto en marcha un programa a cien años “único” en el mundo, subraya Yaffe, autora del libro “We are Cuba!” (¡Somos Cuba!) sobre la supervivencia del sistema comunista del país tras la caída del bloque soviético.

“Cuba tiene una respuesta estatal a largo plazo que combina la asunción de la ciencia en las leyes, soluciones naturales y nacionales, y la participación comunitaria”, explica.

Destaca, en primer lugar, que el Gobierno tiene una “confianza absoluta” en la ciencia que recoge en su legislación y que el país cuenta con una “increíble capacidad científica”, como ha demostrado también al desarrollar tres vacunas contra la covid-19.

En segundo, apunta que, como Cuba “no puede prácticamente acceder” a financiación internacional, ha recurrido a “soluciones nacionales” en lugar de esperar fondos exteriores, ya sea del fondo verde de la ONU o de bancos multilaterales.

“El enfoque cubano puede ser relevante para el resto del Caribe y otros países, especialmente ahora que muchos se encuentran endeudados”, considera.

El tercer punto es la participación comunitaria y la descentralización de la iniciativa, que Yaffe contrapone a los planes en occidente, propuestos desde arriba y guiados por el beneficio, mientras los jóvenes protestan en las calles y exigen más ambición.

Tras la “decepción” que ha supuesto la COP26, hay expectación ante “una respuesta alternativa a un amenaza existencial”, dice la productora. De hecho, agrega, el documental está teniendo una “increíble acogida”, de Australia a América Latina.

Yaffe advierte frente a quienes desdeñan a priori la respuesta del Gobierno cubano ante el cambio climático “por motivos políticos” y pide juzgar el plan por su eficacia. Apunta que esto no sucede con otros países también cuestionados por su actuación en el área de los derechos humanos. EFEverde