En el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, aunemos fuerzas y pidamos que se aceleren las inversiones para acabar con la mutilación genital femenina y defender los derechos humanos de todas las mujeres y niñas.

Cumplir con la promesa mundial de acabar con la mutilación genital femenina en 2030

La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.

Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte. 

Esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda.

En 2021, la pandemia de COVID-19 afectó de manera negativa y desproporcionada a las niñas y las mujeres, lo que ha dado lugar a una pandemia en la sombra que entorpece la consecución de la meta 5.3 del ODS sobre la eliminación de todas las prácticas nocivas, incluida la mutilación genital femenina. El Fondo de Población estima que debido a las interrupciones en los programas de prevención relacionadas con la pandemia podrían derivar a lo largo del próximo decenio en 2 millones de casos de mutilación genital femenina que, de otro modo, se podrían haber evitado. En respuesta a esta nueva situación, las Naciones Unidas, a través de su programa conjunto UNFPA-UNICEF, han ido adaptando las intervenciones para garantizar la integración de la mutilación genital femenina en la respuesta humanitaria, así como la ayuda posterior a las crisis.

Para promover su erradicación es necesario realizar esfuerzos coordinados y sistemáticos en los que participen las comunidades en torno a la concienciación sobre los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a las víctimas de la ablación. https://www.youtube.com/embed/GK1IV9BBdC4?enablejsapi=1&origin=https%3A%2F%2Fwww.un.org

No hay tiempo para la inacción mundial: Unión, financiación y acción para eliminar la mutilación genital femenina

logoCon esta filosofía en 2012 la Asamblea General de la ONU designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina, una jornada de concienciación para ampliar y dirigir los esfuerzos para la eliminación de esta práctica.

Este 2022 el Programa conjunto del Fondo de Población y UNICEF sobre la eliminación de la mutilación genital femenina lanzan el tema: «Acelerar la inversión para poner fin a la mutilación genital femenina«. Muchos países están experimentando una «crisis dentro de una crisis» como consecuencia de la pandemia provocando un aumento de la mutilación genital femenina. Por ello, las Naciones Unidas hacen un llamamiento a la comunidad mundial para que reimagine un mundo que permita a las niñas y las mujeres tener voz, elección y control sobre sus propias vidas.

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Cómo luchamos desde las Naciones Unidas

Aunque la práctica se ha mantenido por más de mil años, hay motivos para pensar que se puede acabar con la mutilación genital femenina en una sola generación. Es por ello que las Naciones Unidas luchan por su erradicación plena para 2030, siguiendo el espíritu del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5

Para ello cuenta desde 2008 con el mayor programa mundial para acelerar la eliminación de la MGF dirigido por el Fondo de Población de las Naciones Unidas y UNICEF. Ese programa se centra en la actualidad en 17 países africanos principalmente.

A día de hoy esta colaboración ha conllevado importantes logros. A través del programa conjunto más de 5,5 millones de niñas y mujeres recibieron servicios de prevención, protección o cuidados relacionados con la MGF. Además, en torno a 42,5 millones de personas se manifestaron públicamente para abandonar esta práctica perjudicial, y el número de comunidades que establecieron estructuras de vigilancia para rastrear a las niñas consiguieron proteger a 361.808 niñas.

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