Un grupo de investigadores internacionales, liderados por la Universidad de Córdoba (UCO), han identificado los agentes claves de la dinámica de la mortalidad de los árboles en los bosques mediterráneos tras graves tormentas de viento.
Concretamente, según el estudio de la UCO y The Silva Tarouca Research Institute de República Checa, el suelo, el patrón de crecimiento y la heterogeneidad de especies en el bosque determinan la supervivencia de los árboles tras las tormentas de viento.
En los bosques primitivos, que son aquellos que permanecen intactos y ajenos a la acción humana, las perturbaciones naturales son la fuerza principal que da forma a la estructura y composición del bosque.
Mediante el uso de un censo de árboles, datos espacialmente explícitos sobre árboles, geoestadística, técnicas de dendrocronología y el análisis del hidromorfismo del suelo, los investigadores estudiaron los patrones espaciales y temporales de las perturbaciones, determinando que la susceptibilidad de los árboles a la caída es impulsada por la edafología.
Crecimiento lento o crecimiento rápido
En cuanto a los factores de resistencia de los árboles frente a la tormenta, este estudio apoya la hipótesis de que un crecimiento inicial lento proporciona una ventaja mecánica al árbol en cuanto a firmeza para resistir al viento.
Por el contrario, los árboles con tasas de crecimiento rápido tienen mayor predisposición a que sus raíces sean colonizadas por patógenos y estarían, así, más predispuestos a las perturbaciones.
La situación ideal, en bosques de este tipo que cuentan con especies de crecimiento lento (píceas) y especies de crecimiento rápido (hayas), es contar con masas de árboles con estructuras verticales y horizontales heterogéneas, situación que, se ha comprobado, daría mayor resistencia a los árboles frente a la caída que si se encuentran en una masa de árboles de la misma altura, con un dosel (techo formado por las copas) heterogéneo.
De cara a las estrategias de gestión de bosques, este estudio incide en la importancia de incorporar este conocimiento de los procesos naturales en los sistemas de gestión silvícola, teniendo en cuenta los factores que pueden ayudar a reducir los daños de las tormentas de viento en el paisaje. EFEverde