Tener la consciencia de que eso que estás consumiendo es completamente libre de químicos y cultivado con procesos muy naturales, es maravilloso. Pues bien, si te lo decimos, es porque en el Plan Jarillón de Cali estamos realizando un proyecto que queremos que conozcas: Las ‘Huertas Urbanas’.

Hasta ahora -dice Eli Shnaider, gerente del Plan Jarillón- aproximadamente se han intervenido 11 mil metros cuadrados entre las cinco zonas donde se encuentran las huertas. La estrategia del proyecto ha logrado que un territorio que en años anteriores era objeto de invasiones, lugar de disposición ilegal de residuos sólidos y foco de violencia social, en la actualidad se convierta en la esperanza de cientos de personas que ven en estas huertas comunitarias la oportunidad de cambiar el territorio, generando así que el Jarillón sea un espacio de apropiación social y comunitaria.

“Estamos muy entusiasmados de ver cómo se está consolidando el futuro de lo que será esta obra… de la mano de la comunidad, de la mano de los vecinos, adecuando este espacio para trabajar en el tenor de la sostenibilidad alimentaria, de la seguridad alimentaria, en este proyecto bellísimo de huertas comunitarias, que dará paso al sistema distrital de huertas urbanas de la ciudad de Santiago de Cali” recalcó el gerente del Plan Jarillón.

Una de las beneficiarias que actualmente es Guardián del Jarillón, Melba Velasco Chucue?, expresa que anteriormente en la zona de Samanes, corregimiento Navarro, solo se veían escombros y un paisaje no muy agradable, pero que gracias a esta huerta todo ha cambiado y mejorado notoriamente. No solo ha dado un giro a la vida de muchos, brindándoles esperanza y oportunidades; sino el aspecto del lugar. Los diversos cultivos son completamente orgánicos y todo este bonito proceso me trae buenos recuerdos de mis raíces campesinas.

“Los cultivos son 100% naturales, cero químicos. Es una alegría porque me recuerda que soy una mujer de campo. Vengo a este lugar a cultivar la tierra y me encanta, es bueno no olvidar tus raíces, a mí me gusta y de paso, benefician a la ciudad. La naturaleza es hermosa, el cultivo nos dará alimentos orgánicos para el resto de la comunidad” manifestó Melba Velázquez.

En el Plan Jarillón de Cali se tiene consciencia de que hoy en día las huertas urbanas son una forma de proveer productos ecológicos, cuidar el medioambiente y comer de forma sana y sostenible. Además, es la conexión y lazos que se suscitan de la tierra con lo que se siembra; la unión de las personas que trabajan bajo el mismo objetivo. De esta manera se contribuye a la recuperación, mejora y aprovechamiento del espacio urbano del Jarillón, contribuyendo junto con la comunidad a la regeneración de espacios degradados, evitando la re invasión y por supuesto, el embellecimiento de la zona.

Es un amor sano y recíproco: el Jarillón nos protege y nosotros lo protegemos a él.

Con estos programas se ha llegado a generar apropiación social y comunitaria, por lo que se sigue buscando que los caleños tengan un sentido de pertenencia para salvaguardar la vida y cuidado del patrimonio de Santiago de Cali, y esta vez por medio de un proceso tan bonito como el sembrar y cosechar.

En el Plan Jarillón no solo se siembran alimentos, sino conocimiento, apropiación y esperanza en la comunidad, convirtiéndolos en Guardianes del Jarillón con resultados maravillosos desde la parte social y la horticultura.

Otra de los Guardianes del Jarillón es Paula Andrea Pinchao. Esta mujer, que hace parte de las muchas personas que en están en pro de cuidar el dique protector, expresa su emoción y alegría con todo lo que se esta haciendo con las huertas.

“Estoy muy feliz de ver este territorio como está ahora, lleno de verde, lleno de alegría, lleno de seguridad alimentaria, con alimentos para la familia, porque esto antes era una escombrera, era un lugar triste, pero en este momento la tranquilidad se siente”, dijo.

“Es un lugar lleno de cultivo -continuó- uno puede estar mucho tiempo aquí mirando los alrededores, sintiendo una paz increíble. Me imagino esto lleno de árboles y frutas, niños ahí y familias enteras… quiero darle gracias a Dios y a la iniciativa de la Alcaldía a través del Plan Jarillón con las huertas”, concluyó Paula Andrea.

Los resultados del esfuerzo y el amor que ponen los Guardianes han dado sus frutos, pues en tres meses ya se han generado las primeras cosechas de tomates, lechugas, cebollín y algunas hierbas aromáticas; y con un poco más de tiempo y dedicación, se tendrá yuca, plátano, maíz, lechugas de diferentes tipos, ajíes, frijoles, sandías, pimentón, limón, naranjas y mandarinas.

Ahora que este proceso se está adelantado, se continúa con la capacitación a los Guardianes del Jarillón para que sigan cuidando del dique y sus huertas, que comprendan y sepan cómo administrar las cosechas y aprendan el proceso para que sea una agricultura sostenible.

La invitación es a que seas parte de este proyecto, que conozcas lo que está pasando en el Jarillón y cómo con las ‘Huertas Urbanas’ se logra mitigar cada vez más el riesgo en esta zona, con un poco de amor, naturaleza y disposición. Sé parte de la historia y conviértete en un Guardián del Jarillón.

Daniela Hidalgo Álvarez.

cali.gov.co