El Real Madrid recuperó pulso y sensaciones ante un Granada cuya guerra está lejos de escenarios como el Bernabéu. Liderado por un Cristiano omnipresente, el conjunto blanco pasó por encima de un rival debilitado por su situación en la tabla….
En el Madrid. Casi todo fueron buenas noticias para los blancos, Empezando por el retorno de James, un jugador esencial para el juego de toque y posesión de los blancos. Ubicado en la izquierda, reconstruyó su vieja sociedad con Marcelo y Cristiano y, por ese costado, descosió a un Granada que empezó a ceder tras una buena combinación entre Kroos y Bale. que definio a los 25.
James asistió a Cristiano para el 2-0, una remate suave y colocado del portugués, que repitió embocando con violencia una jugada embarullada dentro del área rojiblanca. Ronaldo, crecido, armó un misil que se benefició de las manos blandas de Oier. Hat-trick en ocho minutos de un Cristiano feliz, sonriente, liberado. El gol es su combustible y el depósito se iba llenando a buen ritmo. Nota: los cuatro goles del Madrid llegaron por banda izquierda. Todo un síntoma de dónde está el núcleo duro de este equipo.
Tras el descanso se sumó a la fiesta Benzema, que añadió dos goles para una completa resintonización de la BBC. Cristiano añadió el cuarto. En un visto y no visto, el Madrid le había hecho un siete a un rival que salió del Bernabéu hecho jirones. Robert hizo el gol de la vergüenza cuando el Bernabéu ya pensaba en el vermut, pero Cristiano no había dicho su últiam palabra. En el 89, hizo su quinto gol, algo inédito en su impresionante historial, y puso el broche a una mañana festiva en el Bernabéu. Por goles y, casi más, por sensaciones.