La magia de una Copa del Rey para el recuerdo nos ha dejado este jueves una formidable montaña rusa de emociones que en el último suspiro ha metido al Real Betis en la finalísima del 23 de abril frente al Valencia CF.

Tras el triunfo che del miércolesbéticos y vallecanos han salido a por todas desde el principio buscando su clasificación en un imponente Benito Villamarín.

Real Betis y Valencia CF disputarán el 23 de abril una final inédita en los casi 120 años de historia del torneo más prestigioso del fútbol español  

La ventaja de la ida era para los de Manuel Pellegrini, pero el equipo de Iraola no le ha perdido nunca la cara a la eliminatoria, dejando el marcador sin goles al descanso y soñando hasta el final con prolongar su histórica hazaña de la presente temporada.

Los locales han intentado cerrar el pase antes de llegar al último tramo, disponiendo de buenas oportunidades en las botas de Fekir o Canales, pero encontrando siempre los guantes de Luca Zidane.

A diez minutos de la conclusión y con los banquillos ya utilizados, el portugués Bebé enmudecía el coliseo hispalense con un antológico libre directo que se colaba cerca de la escuadra izquierda del guardameta Claudio Bravo.

Así, la semifinal parecía abocada a la prórroga, pero ya en tiempo de prolongación y con el cuarentón Joaquín sobre el terreno de juego la magia volvía a prenderse en un portentoso control y pase interior del portuense que entre Canales y finalmente Borja Iglesias introducían en la portería rayista.

Se desataba el delirio en Heliópolis con Joaquín estando a punto de hacer el segundo tanto para los béticos, quienes con el 1-1 se han ganado el derecho esta primavera y en su propia ciudad de pelear por la tercera Copa del Rey de su historia.

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