Las alertas de deforestación en la Amazonía brasileña alcanzaron en febrero su mayor nivel para el mes desde el comienzo de la serie histórica, iniciada en 2016, según los datos registrados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).
Aumento de la deforestación
El Inpe contabilizó 199 kilómetros cuadrados de deforestación el pasado mes, lo que representa un aumento del 62 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Entre enero y febrero fueron talados 629 kilómetros cuadrados de bosques, más del triple que en los dos primeros meses de 2021 (206 kilómetros cuadrados), pese a que se trata de un periodo en el que la deforestación suele ser menor debido a las lluvias en la región.
De acuerdo con el Inpe, las alertas indican una tendencia y sirven para alertar a los fiscales medioambientales sobre dónde centrar sus esfuerzos en la lucha para proteger el bioma, amenazado tanto por la deforestación como por los incendios.
Delitos ambientales
Tras la publicación de los datos, el portavoz de la Amazonía de Greenpeace Brasil, Romulo Batista, recalcó que el «absurdo» aumento de la destrucción «demuestra los resultados de una política de combate a la deforestación y de los delitos ambientales en la región, impulsadas por el actual Gobierno».
Las cifras de deforestación se han disparado desde la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro, partidario de la explotación de la selva amazónica con fines económicos y el fin de la demarcación de tierras indígenas.Los datos oficiales señalan que entre agosto de 2020 y julio de 2021 este bioma perdió 13.235 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor área degradada para un período de doce meses en los últimos quince años.
La deforestación, provocada principalmente por la minería ilegal y el comercio ilícito de madera, es una de las principales causas de los incendios que han consumido parte de la vegetación de la Amazonía en Brasil en los últimos años y que generaron conmoción en el mundo entero dos años atrás. EFEverde