Las asociaciones de hidrogeólogos reivindican la importancia de las aguas subterráneas y piden más inversión en investigación para gestionar estos recursos «vitales y estratégicos» frente al riesgo de escasez hídrica que acarrea la crisis climática.
En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo desde 1992 para poner en valor este recurso y que este año lleva por lema «Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible», los especialistas han publicado un manifiesto en el que alertan sobre la «falta de gobernanza» que agudiza los problemas de gestión del agua.
«Las aguas subterráneas son la mayor fuente potencial de agua disponible», recuerdan los expertos, pues representan el 68,7 % del total de agua dulce del planeta, abastecen a más del 50 % de la población mundial y suponen el 43 % del agua utilizada en la agricultura del regadío, y del 30 % de la empleada en la industria.
Son, además, «de disponibilidad casi inmediata, técnicamente de fácil acceso y de bajo coste económico de explotación», mantienen.
Sin embargo, destacan algunas amenazas al agua bajo tierra, que se agravan por la escasez de conocimiento y de profesionales especializados en aguas subterráneas, dicen, como la explotación intensiva de los acuíferos y del deterioro de la calidad del agua.
«El uso de las aguas subterráneas ha aportado beneficios sociales, ambientales y económicos innegables en extensas áreas que estaban deprimidas», alegan los hidrogeólogos, que lamentan al mismo tiempo «el abuso en algunos casos y el descuido en su protección en otros», que «ha ocasionado problemas de sobre bombeo y deterioro de la calidad original en ciertas zonas».
Por ello proponen que se establezcan planes de estudio e investigación y que se destine presupuesto a ahondar en el conocimiento sobre el agua del subsuelo, además de asegurar redes de observación para todas las masas de agua subterráneas con las que controlar, entre otros aspectos, el nivel y la calidad del agua.
En España, donde los acuíferos cubren más del 90 % del territorio, se estima que el volumen de recursos renovables de agua subterránea está entre los 20.000 y 30.000 hectómetros cúbicos al año, aseguran las asociaciones de hidrogeólogos que firman el manifiesto, donde agregan que la cantidad anual de agua subterránea ya explotada o restringida asciende a 7.000 hectómetros cúbicos, por lo que aún existe un «importante» superávit de aguas de buena calidad.
Afrontar la crisis climática
Sin embargo, advierten también de que los periodos de sequía que ha experimentado el país han incrementado la cantidad no disponible en otros 1.000 hectómetros cúbicos, y subrayan la importancia de preservar y cuidar estos recursos para que «estén disponibles cuando realmente se necesiten».
Sobre todo, señalan el contexto de crisis climática, pues está previsto que el estrés hídrico se intensifique a causa de la reducción de las precipitaciones que supone el calentamiento del planeta -que ya es 1,1 ºC más cálido que en la era preindustrial-, según alertó un reciente informe del grupo de científicos climáticos de la ONU.
La subida del nivel del mar -otra consecuencia del cambio climático- plantea también la amenaza de la intrusión salina en los acuíferos costeros, por lo que la seguridad hídrica en el litoral quedará aún más comprometida si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente, como pide la comunidad científica. EFEverde