Adelante, sin parar, con una gran demostración de solidez. El Milan va, plasma su tercer 1-0 consecutivo sobre el césped de un Cagliari nunca domado y capaz de inquietar a la retaguardia rossoneri hasta el final. Bajo el aluvión de la Unipol Domus, decide un espléndido gol de Ismaël Bennacer, que en el tiempo de partido lanza una volea con la zurda desde fuera del área -sobre un gran banco de Giroud- sobre la que Cragno no puede hacer nada, premiando una actuación imprescindible de Stefano. El equipo de Pioli.

Una victoria para un equipo maduro, que de nuevo esta noche ha demostrado que tiene lo necesario para seguir creyendo en un sueño. Una noche de aplausos, la de Cerdeña, con un acierto que permite a los rossoneri mantener a distancia al Napoli y extenderse sobre el Inter de Milán, frenado esta tarde por la Fiorentina. Una clasificación que empieza a ser importante en un campeonato que ahora se detiene por última vez esta temporada, para dejar sitio a las selecciones. En el momento de la vuelta al campo ya será abril, en San Siro ante el Bologna: el primer reto de un sprint final que puede ser inolvidable.

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