- “Nuquí refleja el fuerte vínculo entre la comunidad y el manglar, un ecosistema que posee un potencial biológico inimaginable”: Ministro Carlos Eduardo Correa.
- Se ha reportado la siembra de 117.147.822 árboles por parte de organizaciones públicas, privadas, no gubernamentales y particulares, y proyectos en ejecución cofinanciados por el Gobierno Nacional.
Nuquí (Chocó), 22 de marzo de 2022 -MADS-. Nuquí le apuesta a reverdecer a Colombia. Por eso sembró 29.000 plántulas de mangle y se sumó así al programa del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible 180 Millones de Árboles al 2022, una meta que ya sobrepasa el 65 % de su cumplimiento.
Como un ejemplo de articulación, trabajo en equipo y conservación en el Pacífico colombiano, 156 niños, jóvenes y adultos de esta comunidad de pescadores y miembros del Consejo Comunitario Los Riscales, en el golfo de Tribugá, se unieron para reforestar y sembrar mangle, un ecosistema que brinda distintos tipos de bienes y servicios ecosistémicos para los pobladores.
Aida Leidy Palacios, habitante del corregimiento de Tribugá, explica, con la sabiduría propia de quien ha crecido ‘entre el mangle’, las razones por las cuales este proyecto se convierte en una oportunidad para devolverle a este ecosistema un poco de todo lo que les ha dado.
“Si se corta uno, en compensación se deben sembrar 10, así estamos ayudando a que en el mundo y a que aquí en Colombia haya diversidad en flora y fauna, y nuestras especies no estén en vía de extinción, para que Nuquí sea un pedacito de pulmón del mundo”, expresa.
“Nuquí es ejemplo de conservación”
Para acompañar en este proceso a la comunidad, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, visitó la región el pasado puente festivo. Rodeado de habitantes, el funcionario afirmó que, con la siembra de estas 29.000 plántulas de mangle de diferentes especies, el municipio de Nuquí le apuesta a la vida y se convierte en un ejercicio exitoso de participación y compromiso de comunidades que tradicionalmente se han relacionado con el manglar.
“Colombia se ha comprometido con la restauración y recuperación de zonas degradadas, y hoy, con el apoyo de la Gobernación de Chocó, la Alcaldía de Nuquí, el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) y Codechocó, ratificamos ese compromiso. Nuquí es ejemplo de conservación y refleja el fuerte vínculo entre la comunidad y el manglar, un ecosistema que posee un potencial biológico inimaginable. Celebramos esta iniciativa que se suma a la meta de país de sembrar 180 millones de árboles a 2022”, dijo el ministro.
Una meta regional superada
La cartera ambiental viene incorporando la gestión integral de estos ecosistemas, y puso en marcha el Programa Nacional de Uso Sostenible, Manejo y Conservación de los Ecosistemas de Manglar, con lo que ha avanzado en la zonificación de más de 290 mil hectáreas de manglar.
William Klinger Brahan, director general del IIAP, sostiene que en línea con la iniciativa de los 180 millones de árboles, en el territorio del Chocó biogeográfico, que comprende desde Córdoba hasta Nariño, la meta planteada inicialmente se superó y se registra la siembra de 1.587.000 árboles, de los cuales 73.000 fueron en el municipio de Nuquí, 43.000 se plantaron con el apoyo de consejos comunitarios y el restante con resguardos indígenas.
“Propusimos una estrategia no solo de capacitación en procesos de reforestación, sino del conocimiento profundo del manglar, del monitoreo comunitario; estamos dejando esa capacidad instalada para que la comunidad pueda seguir trabajando en este propósito”, explicó el director del IIAP.
Asunto de vida
Sin duda, para Nuquí y Tribugá, el mangle es más que un ecosistema, es una forma de vida, hace parte de su economía, cultura y tradición, razón por la que su conservación y uso sostenible se convierte casi en un principio para su supervivencia como comunidad.
“El mangle es una sala-cuna para los peces, las pianguas y los camarones, es muy importante para nosotros; con el mangle conseguimos muchas cosas para el sustento de nuestras familias y de nuestros hijos, por eso nosotros hacemos la reforestación. Si Tribugá respira bien, toda Colombia va a respirar mejor”, sostiene María Saturnina González, habitante de Nuquí, con sonrisa en su rostro, con la alegría de sembrar vida con sus manos.
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