Una creativa forma de fomentar el reciclaje: trae tu basura y te daré un pasaje de bus. Parece magia, pero en ciudades de EE.UU., Japón, Reino Unido, Grecia, Brasil y algunas chinas como Beijing y Shangai ya se ha implementado el sistema para reducir el impacto ambiental de los plásticos. La máquina funciona como un cajero automático, una vez insertadas las botellas son aplastadas y reducidas a un tercio del tamaño original y luego compactadas para su transporte y tratamiento.
Las maquinas cuentan con una pantalla que se ofrece como soporte publicitario y se pueden instalar en cualquier recinto donde transite público, desde centros comerciales a cines, estadios, escuelas, etc.
El usuario es recompensado en dos modalidades: monedero electrónico -a través de una tarjeta recargable- al que será abonado el importe o puntos para canjear y/o descontar en entradas para el cine, tiendas de departamento, tiempo para el celular o internet. También se podrá donar ese dinero a instituciones de beneficencia adheridas al proyecto.
China ya cuenta con miles de estas máquinas ahora es el turno de Sídney, la ciudad australiana que instaló a principios de año máquinas que ofrecen boletos de bus a cambio de reciclar. Y es que al parecer a todos les conviene intercambiar sus desechos por aquellas cosas para las que de otra forma tendrían que gastar su dinero.
Cada una de las máquinas expendedoras en Sídney puede contener hasta 2000 envases antes de enviarle un email automáticamente a la alcaldía informándole que está llena. En la actualidad, se botan casi 15.000 botellas y latas cada minuto a la calle o a los vertederos a lo largo de Australia. Así es que esta iniciativa busca disminuir estos desechos al incentivar a las personas a depositar sus botellas y latas en estas máquinas, para mantener las calles y el puerto limpios, a cambio de un pequeño regalo.
Por supuesto, más allá del dinero, está el medioambiente: una botella de plástico se degrada, por lo bajo, en 400 años; una tonelada de PET es igual a 3.32 toneladas de CO2 o 300 barriles de petróleo; 50 mil toneladas de PET recuperadas equivalen a plantar 300 mil árboles; fabricar un kilo de PET requiere 17,6 litros de agua.
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