Bilbao, 9 abr (EFE).- Demostrar que con soluciones basadas en la naturaleza es posible reducir el tratamiento físico-químico en la potabilización del agua de consumo es el objetivo del programa europeo Life Urbaso, que se desarrolla en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai (Bizkaia).

Las plantas de tratamiento de aguas facilitan la eliminación de los sólidos en suspensión en el agua y su desinfección mediante la adición de cloro, que puede reaccionar con la materia orgánica y generar compuestos químicos nocivos para la salud humana.

Las alternativas naturales y la gestión cuidadosa del terreno aguas arriba, poniendo en valor estos territorios y protegiendo los suelos para que lleguen menos sedimentos a la captación de agua, puede ser la solución para mejorar la calidad del agua de consumo, asegura la investigadora de Neiker Nahia Gartzia Bengoetxea, coordinadora del Proyecto Life Urbaso.

En esta idea trabajan Neiker, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el Centro Vasco de Investigación del Cambio Climático BC3, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y la Agencia Efe, en el marco del proyecto europeo Life para el Medio Ambiente y la Acción Climática.

Los socios del proyecto, que cuenta con un presupuesto de 2,2 millones y que se desarrollará durante los próximos cuatro años, pretenden demostrar también que la idea central del estudio puede ser replicada en otros espacios similares a Urdaibai en Europa.

CUBIERTA VEGETAL PERMANENTE

Se trata de transformar la cubierta vegetal para que sea permanente, porque «un bosque maduro es la mejor infraestructura verde para proteger el suelo, que queremos sujetar para evitar que los sedimentos lleguen a la captación y a la planta de tratamiento», destaca Gartzia Bengoetxea.

Además de facilitar que el suelo no se erosione, el mantillo vegetal del bosques favorece las propiedades hidrológicas del suelo, que funciona «como una esponja», al retener el agua para que vaya liberándose hacia el sistema fluvial muy lentamente, por lo que llegan menos sedimentos a la captación.

La investigación que se desarrolla en varias captaciones superficiales ubicadas en Urdaibai hará posible, según Gartzia, elaborar una guía metodológica para delimitar la zona que drena hacia la captación y los protocolos de gestión de una cubierta vegetal permanente.

MIRAR HACIA LA CUENCA Y PRIORIOZAR EL AGUA

En la misma línea, la geóloga de la UPV/EHU Ane Zabaleta, también investigadora en el proyecto, destaca que Life Urbaso plantea, en vez de comenzar el sistema de abastecimiento de agua potable en el lugar de la captación, «tener otra visión, darse la vuelta, mirar hacia la cuenca y demostrar que la gestión de los usos del suelo desde la zona drenante hasta los puntos de captación puede mejorar la calidad y la cantidad del agua».URDABAI (BIZKAIA), 08/04/2022.-La investigadora de Neiker Nahia Gartzia Bengoetxea (d) junto a la geóloga de la UPV/EHU Ane Zabaleta, (i) realiza una medición en una captación de agua en plena Reserva del Urdabai. Ambas investigadoras del proyecto, destacan que Life Urbaso plantea, en vez de comenzar el sistema de abastecimiento de agua potable en el lugar de la captación, "tener otra visión, darse la vuelta, mirar hacia la cuenca y demostrar que la gestión de los usos del suelo desde la zona drenante hasta los puntos de captación puede mejorar la calidad y la cantidad del agua". EFE/LUIS TEJIDO

URDABAI (BIZKAIA), 08/04/2022.-La investigadora de Neiker Nahia Gartzia Bengoetxea (d) junto a la geóloga de la UPV/EHU Ane Zabaleta, (i) realiza una medición en una captación de agua en plena Reserva del Urdabai. Ambas investigadoras del proyecto, destacan que Life Urbaso plantea, en vez de comenzar el sistema de abastecimiento de agua potable en el lugar de la captación, «tener otra visión, darse la vuelta, mirar hacia la cuenca y demostrar que la gestión de los usos del suelo desde la zona drenante hasta los puntos de captación puede mejorar la calidad y la cantidad del agua». EFE/LUIS TEJIDO

Así, los investigadores miden y monitorizan la calidad y cantidad del agua, para dejar claro que las condiciones en las que llega a las captaciones son «consecuencia de lo que ocurre en la cuenca».

Todas las captaciones tienen una zona de protección a su alrededor, pero la Ley no precisa qué usos del suelo se pueden realizar en ellas, indica Zabaleta, quien hace hincapié en la «evidencia» de la importancia de los usos del suelo en la calidad del agua.

La investigadora de la UPV/EHU considera que, en esas zonas de protección alrededor de las captaciones, es necesario «pasar de poner por delante la producción de carbono a priorizar la producción de agua en cantidad y calidad suficiente».

Para ello, hay que «pasar de una selvicultura intensiva a otra más de cobertura continua, que pueda ayudar a la protección de las aguas».

PAGOS POR SERVICIOS AMBIENTALES

El centro BC3 participa también en el proyecto analizando en Urdaibai cómo se puede maximizar el beneficio ambiental y social de los bosques teniendo en cuenta los aspectos económicos que afectan a los propietarios de esos terrenos.

El investigador de este centro del Gobierno Vasco Bosco Lliso destaca como la principal investigación que desarrolla BC3 en este proyecto un estudio sobre la posible puesta en práctica del denominado «pago por servicios ambientales».
Se trata de un programa voluntario para los propietarios por el que se les recompensa por los beneficios ambientales de sus terrenos, mas allá de la explotación de la madera.

«Un propietario igual solo tiene en cuenta el valor económico de la madera, pero hay valores sociales y ambientales de esos terrenos que no entran en la ecuación de lo que decide una personas sobre su terreno», señala Lliso.
Por ejemplo, si se tala toda una explotación forestal al mismo tiempo y queda mucho suelo descubierto y los sedimentos terminan en los ríos, ese coste lo asume la sociedad, porque hay que purificar el agua antes de que llegue al consumo humano.

Por ello, agrega el investigador del BC3, «puede ser más rentable socialmente y para los propietarios pagarles a estos para hacer una gestión ambientalmente más sostenible que dejarles que maximicen únicamente el beneficio maderero».

Estos «pagos por servicios ambientales» ya se han puesto en marcha en distintos países de Asia y América Latina, donde, según Lliso, se ha demostrado que son «una herramienta que ayuda a un uso más sostenible de la zona».

Como referencia, Costa Rica tiene un programa de este tipo desde hace años, que financia con una subida de dos puntos porcentuales en el coste del agua y distribuye esta cantidad entre los propietarios para que lleven a cabo un uso más sostenible de sus terrenos.

Con este estudio, BC3 pretende determinar si se dan las condiciones en Urdaibai para que tenga sentido poner en marcha estos «pagos por servicios ambientales», con el fin de plantear a las administraciones un marco para aplicar un programa de este tipo, que sea extrapolable a otros lugares de España y de Europa. EFE
jmv/maf/cc