La cifra de US$70 000 millones es aproximadamente un tercio del gasto en combustible (i) de la industria de las aerolíneas en 2012, y menos que la riqueza neta (i) de las tres personas más adineradas del mundo.
También es alrededor de un tercio del promedio de las pérdidas económicas anuales por desastres naturales; (i) cerca de un tercio del daño económico directo causado por el gran terremoto de Japón oriental (i) de 2011, y dos tercios del costo de los perjuicios provocados por el huracán Katrina, (i) ocurrido en 2005.
Y es la brecha financiera en la cantidad de financiamiento para abordar el cambio climático que los países desarrollados se han comprometido a proporcionar anualmente a los países en desarrollo antes de 2020.
Las naciones desarrolladas acordaron en 2009 movilizar US$100 000 millones anuales antes de 2020 procedentes de fuentes públicas y privadas (i) para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los impactos del cambio climático y reducir sus emisiones. Los estudios muestran que, si bien el cambio climático afectará a todos, los más pobres (i) y con menos recursos para adaptarse serán los más afectados. La Iniciativa sobre Políticas relacionadas con el Clima (i) estima que en 2013, de los US$331 000 millones en flujos de financiamiento para proyectos vinculados con el clima, unos US$34 000 millones fluyeron de países desarrollados a países en desarrollo, quedando un déficit en el compromiso anual de unos US$70 000 millones.
Cubrir esa cantidad de US$70 000 millones es fundamental para crear la confianza necesaria que permita alcanzar en diciembre un acuerdo sólido en las negociaciones internacionales sobre el clima en París.