La nueva propuesta se presentará si se acaba adoptando, entrará en vigor a partir de enero de 2023. La conducción hasta 130 km/h solo será posible en ciertos entornos, como las carreteras en las que no circulan ni peatones ni ciclistas y equipadas con una separación física que divida el tráfico en direcciones opuestas.

El proyecto de la Comisión económica para Europa de la ONU y aprobado por el Grupo de Trabajo sobre Vehículos Autónomos y Conectados propone, entre otras disposiciones, ampliar la velocidad máxima del sistema de conducción automatizada para turismos y vehículos ligeros hasta 130 km/h en autopistas, y permitir los cambios de carril automatizados.

 A continuación, el proyecto se presentará al Foro Mundial para la Armonización de la Reglamentación sobre Vehículos cuya próxima sesión se celebrará del 21 al 24 de junio. Si acaba aprobándose, la reglamentación entrará en vigor a partir de enero de 2023 en las partes que decidan aplicarlo. 

La seguridad como elemento central en la evolución de la automatización

 La propuesta se basa en la experiencia obtenida en varios países tras adoptarse en junio de 2020 el Reglamento de la ONU Sobre Sistemas Automáticos de Mantenimiento de Carril, la primera normativa internacional vinculante sobre la denominada automatización de vehículos de «nivel 3».
Estos sistemas sólo pueden activarse en determinadas condiciones en las carreteras en las que no circulan los peatones y los ciclistas y que, por su diseño, están equipadas con una separación física que divide el tráfico en direcciones opuestas.

 Asimismo, el conductor puede desactivar estos sistemas y el propio sistema puede pedirle al chofer que recupere el control del vehículo en cualquier momento.

 La evolución se basó en el marco de la Comisión Económica Para Europa sobre vehículos autónomos, que sitúa a la seguridad como elemento central de la labor reguladora de la ONU en este ámbito estratégico para el futuro de la movilidad.

Los vehículos han de pasar múltiples pruebas y disposiciones de seguridad

 El Reglamento establece una serie de requisitos que deben cumplir los fabricantes de automóviles antes de que los vehículos puedan venderse en los países sujetos a la normativa.

 Entre ellas se incluyen normas que regulan la homologación, los criterios técnicos, la auditoría y la presentación de informes, y las pruebas tanto en circuitos de prueba como en situaciones reales.

Las nuevas funcionalidades también tendrán que cumplir con los estrictos requisitos de ciberseguridad y actualización de software establecidos en los reglamentos pertinentes de la ONU. El proyecto obliga al sistema de conducción automatizada a cumplir las normas de tráfico locales.

También incluye medidas para garantizar una conducción fluida y limitar la congestión del tráfico y un Sistema de Almacenamiento de Datos para la Conducción Automatizada, que funciona como una especie de «caja negra», que registra, entre otros datos, la activación del sistema de conducción y también los cambios de carril iniciados por el sistema. 

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