Combatir el abuso hacia nuestros mayores
Este año, el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez coincide con dos eventos importantes. El primero es el inicio de la Década de las Naciones Unidas para el Envejecimiento Saludable (2021-2030), el cual marca el comienzo de diez años de colaboración en el sector para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades.
El segundo es la conmemoración del vigésimo aniversario de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento y la cuarta revisión y evaluación de la implementación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (MIPAA, por sus siglas en inglés). Ambos hitos nos brindan la oportunidad de dar un empuje a la acción internacional para avanzar en la agenda del envejecimiento.
El MIPAA representa la primera vez que los gobiernos acordaron vincular las cuestiones del envejecimientocon otros marcos para el desarrollo social y económico y los derechos humanos. Los 159 Estados Miembros que firmaron el MIPAA reafirmaron el compromiso de no escatimar esfuerzos para proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo.
Esta complementariedad entre el MIPAA y un marco de derechos humanos se puede mostrar fácilmente en el área del maltrato a personas mayores. El MIPAA incluye varias referencias al abuso de personas mayores, incluido el «Asunto 3: negligencia, abuso y violencia», que establece dos objetivos relacionados con la eliminación de todas las formas de negligencia, abuso y violencia de las personas mayores; así como la creación de servicios de apoyo para abordar el maltrato a personas mayores.
Ambos objetivos incluyen acciones de revisión de políticas, promulgación de leyes e iniciativas de sensibilización, información, capacitación e investigación.
Sin embargo, en ausencia de un estándar internacional sobre los derechos de las personas mayores, continúan las brechas entre la política y la práctica, la movilización de los recursos humanos y financieros necesarios, así como el progreso desigual en la implementación del MIPAA.
Un instrumento legal internacional para las personas mayores promovería la implementación y la rendición de cuentas del MIPAA.
Combatir el abuso a nuestros mayores: ¿cuál es el siguiente paso? Cinco prioridades para esta década
16 de junio de 2022 – Roma, Italia
Un panel de expertos presentará las tendencias generales de la violencia contra las personas mayores, destacará las brechas y los desafíos a la hora de implementar los objetivos del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. Los panelistas expertos también presentarán cinco prioridades para combatir la violencia contra las personas mayores en la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030).+ INFO
La protección de nuestros ancianos
Entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial, y este crecimiento será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vías de desarrollo, y requiere que se preste mayor atención a los desafíos específicos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los derechos humanos.
El maltrato de las personas mayores es un problema social que existe en los países en desarrollo y desarrollados y, por lo general, no se notifica suficientemente en todo el mundo. Tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1% y un 10%. Aunque se desconoce la magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible. Por este motivo, este problema requiere una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad.
Las formas de definir, detectar y resolver el maltrato de las personas mayores tienen que enmarcarse en el contexto cultural y considerarse junto con los factores de riesgo que tienen una especificidad cultural. Por ejemplo, en algunas sociedades tradicionales se obliga a las viudas de edad a casarse de nuevo, mientras que en otras las mujeres mayores que viven solas son acusadas de practicar la brujería. Desde una perspectiva sanitaria y social, si los sectores de atención primaria de salud y los servicios sociales no están bien preparados para detectar y resolver el problema, el maltrato de los ancianos seguirá estando semioculto.