El Trineo de Viento será el «vehículo oficial limpio, pequeño y sostenible» para transportar a los científicos e investigadores españoles en la próxima expedición a la Antártida en noviembre de 2023, ha confirmado a EFE el explorador Ramón Larramendi, que ha finalizado la travesía SOS Arctic 2022 por Groenlandia.

El Trineo de Viento, «un vehículo limpio y sostenible»

«Llevamos años planteando al Programa Antártico Español la utilización del Trineo de Viento como una infraestructura singular que permita la realización de un programa científico en la Antártida, con un medio de transporte totalmente limpio, con un coste mínimo y enormes posibilidades geográficas», explica Larramendi desde Groenlandia, donde se encuentra tras terminar el último periplo el pasado 11 de junio.

Imagen de Juan Manuel Sotillos de uso editorial, cedida por SOS Arctic 2022, del Trineo de Viento en Groenlandia. EFE

El explorador español señala a EFE que «oficialmente aún no está firmado el acuerdo», pero «oficiosamente» a su regreso de la expedición de 2018-2019 tuvieron una reunión con el ex ministro de Ciencia, Pedro Duque, quién acogió el proyecto «favorablemente», y, posteriormente, han mantenido una reunión con la Secretaria General de Investigación del mismo Ministerio, Raquel Yotti, y «se están definiendo y culminando los detalles» para la firma del acuerdo.

[box type=»shadow» ]Está en «un estatus confirmado, pero no firmado», sostiene, y añade que el Trineo de Viento se uniría así a las infraestructuras como el buque Hespérides, de logística e investigación, o las bases antárticas de investigación, con la particularidad de que el vehículo propulsado por el viento es una infraestructura polar para la investigación «totalmente diferente a las anteriores», pero «totalmente sostenible y limpio, de ahí la importancia de incorporarlo al Programa Nacional Antártico».[/box]

Según el explorador, el Trineo de Viento se convertiría así en un gran «transceptor» al interior del continente antártico, «donde España no tiene ninguna presencia en esa zona porque es de una complejidad brutal», y a los proyectos científicos españoles les daría tiempo a aplicar a los proyectos en la Antártida que se convocan cada tres años.

Ha habido «muchos pasos» en estos quince años que llevan trabajando con científicos y el Trineo de Viento, sostiene, y explica, que en una encuesta realizada en un simposio con investigadores españoles una «gran mayoría» se expresó a favor de la incorporación de este «vehículo útil» al Programa Antártico Español.

Larramendi, quien dice estar «de vuelta al mundo real» tras su último viaje a Groenlandia, señala que los próximos días se dedicará a dar los últimos pasos para la firma del acuerdo para que el Trineo de Viento se convierta así en el vehículo oficial de las expediciones a la Antártida.

Domus sur de Groenlandia

Sobre el último periplo a Groenlandia explica que, tras las anteriores expediciones del Trineo de Viento, éste era «un nuevo desafío», porque querían circunvalar toda la parte sur de Groenlandia, «el llamado Domus sur, que es una de las dos protuberancias en la isla».

«El domus Norte lo habíamos circunvalado hace ya varios años y nos faltaba explorar toda esta zona sur que está bastante inexplorada a pesar de que es más accesible», dice Larramendia, quien en este SOS Arctic 2022 viajó junto a un equipo formado por la científica Lucía Hortal, la ambientalista Begoña Hernández, el alpinista Carlos Pitarch, el también alpinista Marcus Tobía, el montañero y periodista Juan Manuel Sotillos.

Imagen de Juan Manuel Sotillos, de uso editorial, cedida por SOS Arctic 2022. De iz a d. Marcus Tobía, Juan Manuel Sotillos, Begoña Hernández, Lucía Hortal, Carlos Pitarch y Ramón Larramendi.

Según Larramendi, durante la expedición han sido testigos del progresivo deshielo del Ártico provocado por el calentamiento global, que les ha permitido descubrir una montaña de unos 30 metros de altura sobre la capa de hielo y de unos 2.205 metros sobre el nivel del mar en Groenlandia.

Este «nunatak» o isla de roca rodeada de hielo, como se define en inuit, «no constaba en ningún mapa», y ha emergido con el deshielo en medio de una inmensa llanura interior como consecuencia del cambio climático, según el explorador, que señala que no es la única consecuencia en esos territorios, donde debido al calentamiento del agua del océano, por ejemplo, se están detectando especies marinas que antes no se veían por ahí.

Además, señala que según la última investigación publicada hace unos días, especies como los osos polares se están «adaptando a estas nuevas condiciones climáticas» con la creación de nuevas poblaciones en zonas donde antes no estaban en Groenlandia. EFEverde