El océano es la clave para un desarrollo equitativo y sostenible para todos. Esta es la premisa en la que se basa la Década de los Océanos de las Naciones Unidas y será el foco de atención durante varias cumbres internacionales importantes este año para promover la salud de los océanos, incluida la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que arranca el 27 de junio próximo en Lisboa, Portugal.

La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) pide a todo el mundo que se una a la revolución para desbloquear soluciones científicas innovadoras para los océanos. Noticias ONU ha hablado con algunos expertos sobre la importancia de la cultura oceánica.

La cultura oceánica se define comúnmente como la comprensión de la influencia del océano en uno mismo y la influencia de uno mismo en el océano.

Una raya diamante y un pez puercoespín de un solo ojo buscan comida en la arena mientras cientos de jureles de ojo grande se agrupan detrás de ellos.

© Nicolas Hahn

Una raya diamante y un pez puercoespín de un solo ojo buscan comida en la arena mientras cientos de jureles de ojo grande se agrupan detrás de ellos.

Empoderar a las personas para que actúen

Francesca Santoro, responsable de la cultura oceánica en la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO, explicó que la definición va más allá.

«Implica dotar a las personas de herramientas que les permitan utilizar mejor sus conocimientos sobre los océanos para ser más responsables y poder tomar decisiones sobre los recursos oceánicos con mayor conocimiento de causa. Se trata realmente de ser capaces de comprender hasta qué punto los océanos influyen en nuestra vida y cómo podemos tener un impacto en el océano de forma positiva y negativa».

Como punto focal para las ciencias oceánicas dentro del sistema de la ONU, la COI lidera la Década de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021 a 2030).

«La COI trabaja principalmente para reforzar la colaboración internacional en materia de ciencias del mar e investigación oceánica, ya que ningún país puede emprender por sí solo la investigación de todas las cuencas oceánicas», prosiguió Santoro.

Niños moken nadan en el archipiélago de Myeik, en Myanmar.

© Ocean Image Bank/Ben Jones

Niños moken nadan en el archipiélago de Myeik, en Myanmar.

Momento decisivo

El Decenio de las Ciencias Oceánicas es una oportunidad para cambiar el estado del océano en los próximos cien años.

A principios de este año, la UNESCO lanzó una campaña para animar a la gente a unirse al movimiento mundial Generación Océano.

Como explicó en una entrevista Vinicius Grunberg Lindoso, oficial de Comunicaciones de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, se trata de involucrar a todo el mundo, todos formamos parte de esta generación, independientemente de la edad, y cada persona es capaz de salvar este ecosistema.

La idea es utilizar la narración de historias transformadoras para conectar a los ciudadanos con la cultura de los océanos y promover la actuación particular para restaurar, proteger y convivir mejor con el océano.

Los estudiantes, agentes activos del cambio

Algunos de los programas relevantes de la COI examinan las repercusiones concretas del cambio climático en el océano y cómo éste puede considerarse el mejor aliado en la acción climática.

En estrecha colaboración con las escuelas, los profesores y los educadores, la agencia científica de la ONU utiliza los resultados de sus investigaciones sobre los océanos para elaborar planes de estudio.

«Desarrollamos una serie de recursos —folletos, vídeos o juegos— y los utilizamos para colaborar con escuelas de todo el mundo con el fin de involucrar a las personas desde una edad temprana, desde la escuela primaria hasta la secundaria. No solo incluimos objetivos de aprendizaje, sino también lo que llamamos objetivos de aprendizaje socioemocional y de comportamiento, porque queremos que los alumnos se conviertan en agentes activos del cambio, para que participen en iniciativas que apoyen la protección de los océanos«, destacó Santoro.Niños limpiando la Praia da Poça, una pequeña y popular playa al comienzo de la costa de Estoril, en Cascais (Portugal).

Noticias ONU/Teresa Salema

Niños limpiando la Praia da Poça, una pequeña y popular playa al comienzo de la costa de Estoril, en Cascais (Portugal).

Escuelas azules

En Portugal, coanfitrión junto con Kenya de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que se celebra del 27 de junio al 1 de julio, la Fundación Océano Azul desempeña un importante papel en el desarrollo de prácticas de culturalización y conservación de los océanos en el país luso.

La Fundación promueve la educación climática entre los niños para que éstos aprendan sobre los problemas del océano y su propio impacto en este ecosistema, la intención es que cuando crezcan y deban tomar decisiones, independientemente de la profesión que elijan, tengan opiniones formadas.

Samuel Collins, director de programas de Océano Azul, explicó en qué consiste la iniciativa: «Debemos transmitir la información para que pueda ser asimilada por los distintos grupos de edad. Sin embargo, teniendo en cuenta la importancia de estos temas, y el impacto que tendrán en el futuro próximo de las generaciones actuales, tenemos la responsabilidad de entregar esta información a los jóvenes».

En colaboración con el Acuario de Lisboa, Océano Azul lleva a cabo un programa para educar a la generación azul, formando a los profesores y proporcionándoles el currículo y los recursos para transmitir el mensaje en el primer ciclo educativo.

«Estudiarán matemáticas, pero hablarán de los peces, aprenderán francés, hablando del océano, harán historia, pero integrando la oceanografía; así que se trata de reforzar el currículo, pero desde la mirada de una lente azul. [Los estudiantes] vienen al acuario y realizan un montón de actividades fantásticas, y se lo pasan bien, porque un océano sano tiene un enorme potencial, y eso es importante que lo sepan». 

El programa prevé llevar la cultura oceánica a todos los niños residentes en Portugal, con especial atención al grupo de cinco a nueve años.

Los niños participan en actividades de dibujo en un acto de concienciación sobre los océanos en Venecia (Italia).

COI-UNESCO

Los niños participan en actividades de dibujo en un acto de concienciación sobre los océanos en Venecia (Italia).

Jardín de infancia de la laguna

En Italia, Venecia ha ilustrado durante siglos la interacción dinámica entre el hombre y la naturaleza, subrayando su capacidad de actuar como modelo para otros ecosistemas similares.

Debido a sus características ideales y a su designación como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, «Venecia y su laguna» fueron seleccionadas como lugar de aplicación de la edición piloto de la iniciativa «Jardín de infancia de la laguna», que se puso en marcha el pasado mes de mayo.

El nuevo programa educativo, basado en la promoción de los principios de cultura oceánica y la interacción con el medio ambiente, pretende fomentar una estrecha conexión entre los niños y la naturaleza, utilizando actividades al aire libre e interacciones con la comunidad local.

Se imparten lecciones temáticas a clases de 25 alumnos de jardín de infancia, que ocurren en el exterior y tienen como objetivo descubrir el ecosistema de la laguna. A continuación, se realiza una estimulación creativa y un dibujo al final de cada lección.

En colaboración con el Grupo Prada, la UNESCO espera capacitar a los jóvenes para que se conviertan en la futura Generación Océano.

«La comunidad internacional debe hacer de la educación uno de los pilares de su acción en favor del océano y comprometerse con la educación para ayudar a los jóvenes de hoy a convertirse en ciudadanos responsables y conscientes del mañana», declaró Ana Luiza M. Thompson-Flores, directora de la Oficina Regional de la UNESCO.

Más de 200 estudiantes de media docena de países se ponen en formación para enviar el importante mensaje de salvar nuestros océanos.

The Arab Academy for Science, Technology and Maritime Transport (AASTMT)

Más de 200 estudiantes de media docena de países se ponen en formación para enviar el importante mensaje de salvar nuestros océanos.

Cultura oceánica en Lisboa

La comunidad de la cultura oceánica se reunirá en Lisboa, Portugal, con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, para garantizar que la cultura oceánica se considere un elemento central de la acción en favor de esos ecosistemas.

«En la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos [en 2017, en Nueva York], la cultura oceánica estaba en sus inicios; sin embargo, ahora podemos mostrar que hemos logrado resultados importantes, como promover la presencia de la cultura oceánica en la educación formal, y tenemos una red cada vez mayor de escuelas azules en todo el mundo. Pero debemos intensificar nuestros esfuerzos, garantizar que las iniciativas de sensibilización sobre los océanos se lleven a cabo en todo el mundo y reforzar la colaboración para compartir las buenas prácticas entre los diferentes agentes”, dijo Santoro.

El primer día de la Conferencia de 2022, se celebrará una reunión de alto nivel de la Alianza de la Década de los Océanos, seguida de un Foro el 30 de junio, para transmitir un mensaje de actuación, asociación e inclusión.

«Mi otra expectativa es incluir cada vez más partes interesadas. Ahora mismo, contamos principalmente con científicos y educadores, pero creo que necesitamos, por ejemplo, a los periodistas, a los medios de comunicación, para que nos ayuden a que el océano esté presente en los medios, y que la gente sea más consciente de la importancia del océano para el futuro de este planeta», añadió.

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Necesitamos a la comunidad creativa

La UNESCO ha preparado una serie de eventos para la Conferencia sobre los Océanos en Lisboa, entre otros, la Exposición Creativa de la Década de los Océanos en la Plaza Mayor de la ciudad, y un Concierto Generación Océano en el Festival Rock in Río, el 26 de junio. Estos eventos involucran a la comunidad creativa mundial, con el objetivo de concienciar sobre la ciencia y la conservación de los océanos.

Para Santoro, la colaboración con la comunidad creativa es «crucial, especialmente porque somos más conscientes de que nuestras emociones conducen a la actuación. Trabajar con artistas, fotógrafos aumenta la capacidad de la gente para sentirse más conectada con el océano o para redescubrir lo mucho que estamos conectados a él. La comunidad creativa nos está ayudando realmente a encontrar esta parte emocional de nuestra conexión con el océano, así que tenemos que trabajar juntos, científicos y artistas, para codiseñar y codesarrollar proyectos. No importa si eres científico, periodista, artista, político o alguien que trabaja en el sector privado. Deberíamos aunar nuestras fuerzas y tener una visión y un objetivo comunes», concluyó Santoro.

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