El balcánico firma su 11ª semifinal en la hierba de Londres
Pocos escenarios revelan la capacidad de sufrimiento como el All England Club, donde Novak Djokovic obtuvo un billete a su 11ª semifinal de Wimbledon tras arreglar un estropicio. El seis veces campeón firmó su enésimo ejemplo de supervivencia, remontando dos mangas al emergente Jannik Sinner (5-7, 2-6, 6-3, 6-2, 6-2) para colocarse a dos pasos del trofeo. Tras ver la eliminación a unos juegos de distancia, el balcánico subrayó algo evidente: pocos como él conviven con el peligro.
“Hubo dos partidos diferentes. Jannik ha sido mejor jugador durante dos sets”, explicó Djokovic. «Al acabar el segundo set me fui al servicio a refrescarme, a hablar en el espejo. ¡Es cierto lo que digo! A veces en este tipo de situaciones, donde no mucho está saliendo bien, y el rival está dominando, estas cosas son necesarias».
La dimensión de Djokovic en Londres mantuvo una vigencia absoluta. El serbio logró su 26ª victoria consecutiva en Londres, subrayando su autoridad para competir en hierba; avanzó camino de su séptima copa dorada, un registro reservado a elegidos; y siguió alejado de la derrota en la Centre Court desde 2013, acumulando casi una década inmaculada sobre la pista más imponente de Wimbledon.
La dificultad del reto no apagó las esperanzas de Sinner, que firmó un inicio de partido esplendoroso ante el asombro del graderío. El italiano se llevó los dos primeros sets tras un giro de guión repentino, convirtiendo una pesadilla en el partido de su vida. Jannik pasó de estar a un punto del 1-5 en la primera manga, todo un KO en la capital británica, a asestar dos parciales al balcánico con una fuerza suprema.
Tras sobrevivir al obstáculo y encontrar la velocidad, borrando a Novak sin encarar un punto de quiebre en todo el segundo set, Sinner pareció intocable sobre el césped de Wimbledon. Una velocidad de piernas imperial, un hambre permanente y una derecha capaz de romper las defensas de Djokovic, uno de los más dotados para proteger el fondo, propulsaron al italiano hasta una brecha enorme. Si tumbar al vigente campeón exigía un partido decidido, Sinner parecía en el buen camino.
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Al otro lado de la red, sin embargo, vigilaba acechante uno de los mejores supervivientes que jamás ha visto este deporte. Uno de esos atletas que ignora los imposibles. A lo largo de su carrera, hasta en seis ocasiones había levantado Djokovic dos mangas de desventaja. Ningún otro aspirante en Londres acumula un registro similar al suyo. Colocado de nuevo ante una montaña, el serbio se apresuró a la escalada.
Djokovic volteó el marcador de manera memorable, elevando su nivel de juego en el momento preciso. El balcánico se llevó las últimas tres mangas sin entregar su servicio, aclarando las ideas donde muchos hubieran temblado. Lejos de entrar en la desesperación, Novak logró convertirse en un jugador imponente en el césped, guiado por unos reflejos inauditos, arañando más del 40% de los puntos al resto en los últimos tres parciales del partido.
“Yo tengo dudas como cualquiera. La lucha interna es la más intensa que uno puede tener. Es un gran desafío. Pero siempre creí que podía girar el partido, he estado en esta situación, dos sets por debajo en el marcador, varias veces en Grand Slam. Estoy encantado de haber logrado ganar».
Los gritos jalearon a Djokovic tras conseguir un imposible: controlar los nervios, aceptar los problemas y armar un plan de emergencia, haciéndolo funcionar en el peculiar ritmo que plantea la hierba. El respeto impuesto por el serbio en Londres, donde nunca había levantado dos mangas en una fase tan avanzada – Guillermo García López en la R2 de 2013, Kevin Anderson en la R4 de 2017 – volvió a fortalecerse en una tarde para el recuerdo.
“Me gustaría dar la enhorabuena a Jannik por esta gran lucha», dijo Djokovic. «Estoy seguro que habrá muchos oportunidades para él. Es muy maduro para su edad, se ha establecido en tres el Top 10-15 en los últimos años. Ha hecho un gran torneo y le deseo lo mejor para lo que resta de temporada”.
El triunfo colocó a Djokovic con la cuarta racha de victorias más amplia de la Era Abierta en Wimbledon, por detrás las firmadas por Pete Sampras (31), Roger Federer (40) y Bjorn Borg (41). «Muchos jugadores estarán de acuerdo conmigo, este el mayor torneo en la historia de nuestro deporte», explicó. «Sin lugar a dudas, esta pista es la más importante de mi carrera. Esta pista me ha inspiró a coger una raqueta cuando tenía 5 años. Siempre que salto a la cancha esa relación de amor se mantiene. Ojalá pueda extender esta racha”.
Una reacción impresionante coloca a Djokovic ante una montaña por escalar. A dos pasos de una copa que vale la eternidad, el balcánico disputará las semifinales de Wimbledon ante el belga David Goffin o el británico Cameron Norrie, dos perfiles bisoños en estas instancias de un Grand Slam.
Sobre el césped de Wimbledon, uno de los escenarios más icónicos del circuito, la sensación de oportunidad no puede ser más intensa. El momento de buscar la historia vuelve a colocarse ante sus manos.
¿Sabías Que…?
Novak Djokovic ha igualado a Jimmy Connors como segundo jugador de la Era Abierta con más victorias individuales masculinas (84) sobre la hierba de Wimbledon. El balcánico, que podría estirar su colección hasta los 86 triunfos en esta edición, solamente queda por detrás del ocho veces campeón suizo Roger Federer (105).
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