Reorientar el modelo productivo alimentario hacia un «escenario agroecológico» e impulsar una dieta con reducción del consumo de carne posibilitaría una mejor conservación del estado del suelo, además de una mayor soberanía alimentaria, según un estudio de Amigos de la Tierra.
Este informe de la ong ecologista, titulado ‘La urgencia de una transición agroecológica en España’, define este «escenario agroecológico» como la conversión total a producción ecológica de la actual superficie agraria útil y también de la cabaña ganadera, junto con la generalización de prácticas agroecológicas -definidas en el informe-, la eliminación del barbecho y la potenciación del uso de energías renovables.
El 7 de julio es el Día Internacional para la Conservación del Suelo, y el coordinador del estudio y responsable de soberanía alimentaria de Amigos de la Tierra, Andrés Muñoz, ha insistido a Efe en que el escenario agroecológico «es el único que permite reducir los impactos medioambientales» derivados de la industrialización y la producción intensiva de alimentos, entre los que se encuentra la degradación del estado de conservación de los suelos.
No obstante, esta medida debería combinarse con un cambio en la dieta para no seguir generando esos impactos en terceros países.
España, muy dependiente del exterior
Otro de los objetivos que persigue esta investigación es destacar el hecho de que España actualmente es muy dependiente de la producción de superficie agraria del exterior, lo que va en detrimento de la soberanía alimentaria nacional.
En concreto, el informe cifra en 9,2 millones el número de hectáreas de superficie en terceros países destinada a ganadería y agricultura para producir alimentos que luego se exportan a España.
Niveles de carbono en el suelo
El análisis del estado de conservación del suelo que recoge el estudio de Amigos de la Tierra se ha elaborado a partir de sus niveles de carbono orgánico como indicador de fertilidad, además de por ser un elemento que permite la adaptación al cambio climático debido a la mejora en la capacidad de retención de agua en un contexto de sequía o de cambios climatológicos adversos.
Según Muñoz, un cambio exclusivo de la dieta llevaría a una «ligera reducción en el carbono del suelo», debido a «una menor disponibilidad de estiércol al utilizar menos cantidad de carne».
Sin embargo, la combinación del ‘escenario agroecológico’ y la nueva dieta permitiría «duplicar la cantidad de carbono orgánico que hay actualmente en suelo agrario», lo cual estaría también vinculado con una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero logradas gracias a ese aumento de carbono.
Valores históricos
A nivel histórico, el informe describe cómo los valores máximos de carbono potencial en el suelo se remontan a la era preindustrial, con 42,5 megagramos de carbono por hectárea (MgC/Ha), mientras que los mínimos se encuentran en el periodo anterior a la creación de la Unión Europea, con 27,4 MgC/Ha.
En el estudio, dicha reducción se atribuye a diversas razones, incluyendo el cambio climático, la expansión de regadíos, la quema de residuos, el uso de variedades con menor producción de hierbas y raíces, el empleo intensivo de herbicidas, la pérdida de cubiertas vegetales en los cultivos leñosos o la separación de la agricultura y la ganadería frente a los sistemas mixtos tradicionales.
La conservación del suelo es importante no sólo porque genera todo tipo de alimentos sino porque es el hábitat de plantas y animales que precisan un ecosistema sano para sobrevivir. EFEverde.