Las dos técnicas contribuyen a la adopción al cambio climático y embellecimiento del paisaje. Fotos: Abdel Assiz, Secretaría de Ambiente
Bogotá, 9 de julio de 2022. (@AmbienteBogota). Los techos verdes y los jardines verticales se han posicionado como dos alternativas de construcción sostenible que contribuyen, en gran medida, a la adaptación al cambio climático, la conservación de la biodiversidad, la conectividad ecológica, el mejoramiento del paisaje urbano y el aumento de las áreas verdes.
Estos sistemas ayudan a procesar el material particulado y CO2. Por esta razón, se convierten en sumideros de carbono y purificadores del aire en zonas altamente pobladas como las grandes ciudades. Estrategias de mitigación de la isla de calor, asociado al cambio climático.
Si bien es cierto que las dos técnicas tienen beneficios similares en el medioambiente, existen algunas diferencias que dependen de los gustos y las necesidades de cada persona o proyecto, así como del espacio con el que cuenten y la viabilidad para su implementación.
Techos verdes
Los techos o terrazas verdes permiten mantener un paisaje vegetal sobre la cubierta de una edificación y, así, garantizar el aprovechamiento de dicho espacio de manera sostenible. Estos, a su vez, pueden propiciar la interacción social y la apropiación de zonas que usualmente no están disponibles.
Gracias a su implementación de forma horizontal, estos sistemas son potenciales para la captación y el aprovechamiento de una gran cantidad de aguas lluvias, lo que genera un beneficio significativo para los proyectos que los implementan. Adicionalmente, permiten la integración de especies herbáceas, arbustivas y arbóreas que favorecen la promoción de la biodiversidad, atraen la avifauna y polinizadores.
En su implementación, estas tecnologías tienen una particularidad y es que, para evitar que haya filtraciones de agua sobre la infraestructura, deben ser construidos con un sistema de multicapas, las cuales garantizan que no haya afectaciones en el inmueble. Además, su sistema de riego puede realizarse por aspersión o líneas de goteo con emisores autocompensados o manuales que propician un adecuado desarrollo vegetal.
Jardines verticales
Como bien lo indica su nombre, estas tecnologías permiten mantener un paisaje vegetal sobre un muro o superficie vertical, ya sea interior o exterior.
Una de las principales ventajas que ofrecen los jardines verticales son el embellecimiento del paisaje con plantas de porte bajo a medio, que los hace perceptibles a simple vista. Al igual que los techos, promueven la biodiversidad y atraen la presencia de fauna, especialmente de polinizadores.
Para el proceso de su instalación, es necesario identificar el muro y comprobar que este cumpla con los requerimientos necesarios para su implementación (estudio de cargas) y que exista una estructura de soporte, un aislamiento (control de la humedad) y un sistema de riego que garantice las necesidades hídricas de las especies vegetales. Este último puede ser por goteo automatizado y emisores autocompensados o manuales.
Las especies comúnmente usadas en los jardines verticales son las ornamentales, que, por su característica de porte bajo, pueden implementarse en soportes que no requieran tanta profundidad.
¿Cómo saber cuál debería implementar?
Las dos técnicas ofrecen beneficios sobre el ambiente y, además, pueden ser una fuente de promoción para la agricultura urbana. Para saber cuál es más conveniente, es importante que la persona o empresa que desee instalarlos evalúe los espacios con los que cuenta, determine el uso que quiere darles y, sobre todo, valore sus gustos; por ejemplo, si desea una técnica más decorativa, puede optar un jardín vertical.
La Secretaría de Ambiente promueve la instalación de infraestructura vegetada horizontal y vertical como una alternativa para enfrentar el cambio climático. Además, brinda asesoría y capacitación a quienes quieran implementarla, a través del correo electrónico [email protected].
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