Esperaba que Tadej Pogacar me atacara hoy, tal y como espero que lo haga también durante las próximas dos semanas. Tengo la suerte de que me apoya un equipo que probablemente sea el mejor de este Tour de Francia, como quedó patente ayer y también hoy. Tengo una confianza enorme en mis compañeros. Pero, tarde o temprano, la carrera se resolverá en un mano con Tadej Pogacar… y ese día es cuando debo estar fuerte para ganar.
Tuve piernas para seguir los ataques de Tadej en la última subida, pero no sabía si iba a tener fuerzas para dejarle atrás y no quería mostarme vulnerable. ¿Qué hubiera pasado si yo hubiera contraatacado y él me hubiera remachado?
Fue difícil quedarme dormido ayer con la emoción del maillot amarillo. Hoy ha sido un día duro, con mucho desnivel acumulado; pero también un día bonito por todo el apoyo que he recibido desde las cunetas. ¡Creo que había un montón de aficionados daneses!
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