Sandra Lorena Franco, consultora en bosques y conservación ambiental, sostiene que la sociedad está reflexionando sobre las acciones puntuales que se pueden desarrollar para mitigar los impactos del cambio climático, y que el uso de la bicicleta es una alternativa para disminuir los GEI generados por vehículos en movimiento.
“Si se utilizaran más bicicletas y menos automóviles, se disminuirían considerablemente las emisiones de CO2 que se producen con esta actividad, lo que implica que el smog fotoquímico característico de las urbes también se reduciría y la calidad del aire sería mucho más saludable. La bicicleta es un medio de transporte económico y dinámico que permite disfrutar del paisaje urbano o rural, ejercita el cuerpo, es fácil de aparcar y no requiere tantos cuidados como un automóvil”, indica.