Tres goles, tres puntos, tres anillos. Otro 3-1, esta vez todos los nerazzurri. Aquí está, la reacción del Inter de Inzaghi: una hermosa y contundente victoria en San Siro sobre Cremonese. Correa, Barella, Lautaro: firmas bonitas y contundentes en un partido nunca cuestionado pero para nada baladí, porque los invitados siempre han podido volverse peligrosos, sobre todo en el inicio de la recuperación. La victoria de San Siro lleva al Inter a 9 después de cuatro jornadas.

Levántate, hazlo con fuerza, coraje, conciencia. La derrota de Roma atrás, la fila de partidos al frente. Inter-Cremonese es una cita que no debe perderse. Por los 70 mil de San Siro, pero sobre todo por los chicos de Inzaghi. Cargado y concentrado, consciente de tener un equipo intrépido frente a ti, al que le gusta jugar hacia adelante, audaz y directo. Dimarco en la línea defensiva, Dumfries y Darmian en los flancos, Dzeko y Correa al frente. El Inter empieza así y empieza bien, en estocada, atacando y enseguida poniendo en aprietos a la retaguardia invitada. Dimarco da la ilusión de un gol de falta, pero sólo hay que esperar 12 minutos para la primera, gran, explosión de alegría en el San Siro.

Barella inaugura su partido total, como todoterreno inexpugnable, empujando el contraataque al cien por hora en un córner batido por Cremonese. Vuela a Barella y luego se muestra lúcido al servicio de Dzeko: disparo atajado, Correa es rápido y frío en el área para marcar el 1-0, segundo gol de la temporada, siempre por debajo del Norte. El equipo de Alvini no renuncia a jugar, que tiene un elemento muy interesante en Dessers, capaz de moverse en el área y encontrar espacios para las conclusiones. El Inter es bueno porque maneja el balón en el suelo, encuentra excelentes triangulaciones con Dimarco-Barella-Calhanoglu y siempre aumenta el rango de acción con mucha calidad e intensidad.

Otro sprint propicia el redoble de los nerazzurri: Dumfries vuela por la derecha y encuentra a Correa en el centro, que alimenta la carrera de Calhanoglu por la izquierda. Hakan es magistral en encontrar, por el lado contrario, a Barella: balón a media altura, sensacional derechazo, balón en el hoyo. Un gol de ovación de pie para Nicolò, idealmente abrazado por todo San Siro.

El inicio de la recuperación le explica bien al Inter las razones por las que el partido está lejos de terminar. Cremonese se lanza hacia adelante y encuentra peligrosas ocasiones de gol. Aiwu toca el cabezazo, Zanimacchia patea alto desde una buena posición, Dessers en el turno envía alto. Señales de alerta para un Inter que ha bajado el ritmo demasiado pronto, pero que enseguida encuentra la tónica de la primera mitad. Las jugadas son todas de balón en el suelo, verticales y venenosas. Brozovic encuentra una izquierda débil justo antes del salvamento providencial de Skriniar en el área nerazzurri.

Se necesita una sacudida para cerrar las cuentas. Lo encuentra Lautaro, toro desatado por la furia de Barella, en otro show de reinicio del número 23 nerazzurro. Lautaro se va al campo abierto, resiste Aiwu y se fue, con un tiro raso, hace el 3-0. Súper Lautaro, tercer gol en Liga.

El final supone el debut nerazzurro de Bellanova, minutos en el césped de Asllani y Gosens y, al final del partido, el bonito gol de Okereke, con un derechazo que pone el 3-1 definitivo.

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