Athletico Paraense no sólo ganó sino que aspiró a más. Por ser el bicampeón, Palmeiras contaba con el handicap. La sombra de Felipao Scolari equiparaba la historia. El talento de los locales también. El 1-0 culmina siendo un gran resultado. La serie aparece abierta.
Un plan cómodo. Un ataque diseñado para incomodar a los incomodables. Scolari tejió una telaraña que se observó poco frente a Palmeiras. El talento, a veces, supera esas historias: Vitor Roque yacía emparable. Volaban, pues, los de Curitiba. Cada ataque funcionaba como un atraco. Presión, un espacio reducido y cada conexión a 100G. Los locales convirtieron el primero de la mano de Alex Santana.
Hasta sobrevivir. Porque Hugo Moura tocó la pelota con la mano, recibió la segunda amarilla y lo expulsaron. Palmeiras no atesoraba su sintonía fina. José Looéz se las perdió. Dudu no explotó en intervenciones. No le salían las historias a Abel Ferreira. No podían.
Paranaense se cargó en la ida un 1-0 nivel paraíso. Palmeiras es el bicampeón. Una apuesta con cifras a pérdida. Scolari comprende los pulmones y la sangre de este juego. Si ha de morir, mejor intentar vencer.
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