Pese a que más de 2000 millones de personas obtuvieron acceso al agua potable, este avance es insuficiente, ya que se ha dejado fuera a una cuarta parte de la población mundial. El agua es un derecho humano, no un lujo.

Si el mundo quiere lograr el acceso universal al agua potable y reducir los efectos del cambio climático, los gobiernos deben invertir estratégicamente en la construcción de infraestructuras, afirma un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y el Banco Mundial.

No se trata de aumentar la financiación, sino también de reforzar la planificación, coordinación y regulación en la prestación de los servicios.

El estudio sobre el estado del agua potable en el mundo señala que durante las dos últimas décadas más de 2000 millones de personas obtuvieron acceso al agua potable. Un progreso tan positivo como insuficiente ya que dejó atrás a una cuarta parte de la población mundial.

Todo ello, en un momento en que el cambio climático sigue aumentando la frecuencia e intensidad de las sequías e inundaciones agravando la inseguridad hídrica, interrumpiendo su suministro y devastando las comunidades.

A su vez, la rápida urbanización acrecienta la presión sobre la capacidad de las ciudades para suministrar agua a los millones de personas que viven en comunidades informales y barrios marginales.

El informe ofrece un detallado examen de los vínculos entre el agua, la salud y el desarrollo, con recomendaciones prácticas para los gobiernos y colaboradores, e incluye ejemplos prácticos de cómo los países contribuyen a la consecución de la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de alcanzar el acceso universal al agua potable para todos en 2030.

Si se quiere conseguir ese objetivo, los gobiernos deben aumentar drásticamente su compromiso político con el agua potable y cuadruplicar las inversiones

El informe ofrece recomendaciones integrales con el fin de introducir mejoras sostenibles que incluyan la infraestructura, la gobernanza, la financiación, el desarrollo de capacidades, los datos y la información, y la innovación, incluso con presupuestos limitados.

Recomendaciones del informe

  • Reforzar las estructuras existentes subsanando las deficiencias, facilitando la coordinación, estableciendo un entorno regulador respaldado por la legislación y las normas de calidad del servicio, y garantizando su cumplimiento
  • Aumentar drásticamente la financiación de cualquier tipo de fuente, mejorando la eficiencia y el rendimiento de los proveedores de servicios de agua, y que los gobiernos faciliten un entorno administrativo, normativo y político estable y transparente
  • Crear habilidades dentro del sector hídrico que desarrollen una fuerza de trabajo capaz y motivada mediante una serie de enfoques basados en la innovación y la colaboración
  • Garantizar la disponibilidad de datos e información pertinentes para comprender mejor las desigualdades en los servicios de agua potable y tomar decisiones basadas en datos
  • Fomentar la innovación y la experimentación a través de políticas y normativas gubernamentales de apoyo, acompañadas de un seguimiento y una evaluación rigurosos

Cuando la elección es beber agua sucia o dejar de ir a la escuela

«Ofrecer un mayor acceso al agua potable ha salvado muchas vidas, la mayoría de ellas de niños. Pero el cambio climático está mermando esos logros», afirmó la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización Mundial de la Salud.

La doctora Maria Neira explicó que «tenemos que acelerar nuestros esfuerzos para garantizar que todas las personas tengan un acceso seguro al agua potable, lo que es un derecho humano, no un lujo«.

 «Invertir en agua y saneamiento es fundamental para la salud, el crecimiento económico y el medio ambiente. Los niños más sanos se convierten en adultos más sanos que, a su vez, contribuyen más a la economía y a la sociedad», destacó el director de Planificación Global del Agua del Grupo Banco Mundial.

Saroj Kumar Jha afirmó que «este principio es el elemento central del Proyecto de Capital Humano del Banco Mundial. Los gobiernos y el sector privado deben tomar medidas decisivas ahora para acelerar el suministro de agua y los servicios de saneamiento inclusivos y sostenibles, tanto en las zonas urbanas como en las rurales.»

«Ningún niño debería tener que elegir entre beber agua sucia, una de las principales causas de mortalidad infantil, o emprender peligrosos viajes para recolectar agua y no asistir a la escuela», dijo el director interino de Agua, Saneamiento e Higiene y de Clima, Medio Ambiente, Energía y Reducción del Riesgo de Desastres de UNICEF, Aidan Cronin.

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