• Únicamente se cumplirán los objetivos mundiales en materia de cambio climático, pérdida de biodiversidad y degradación de la tierra si se incrementan rápidamente las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza (SbN) por hasta US$ 384.000 millones por año de aquí a 2025, más del doble de los actuales US$ 154.000 millones por año.
  • Las corrientes de inversión con impacto negativo para la naturaleza que provienen de dineros públicos cuentan con un capital que es de 3 a 7 veces mayor que las inversiones actuales en soluciones basadas en la naturaleza; estas inversiones negativas deben ser eliminadas gradualmente, reorientadas y reformadas.
  • El capital del sector privado representa únicamente el 17% del total de las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza. Esta cifra tendrá que aumentar en varios órdenes de magnitud a lo largo de los próximos años para finalmente aprovechar el poder del que dispone la naturaleza para reducir y eliminar las emisiones de gases nocivos, restaurar las tierras y medios marinos degradados y cambiar el rumbo de la pérdida de biodiversidad. Los agentes del sector privado tendrán que combinar el «cero neto» con las medidas positivas con la naturaleza (ecológicas).

Ginebra, 3 de diciembre de 2022. A medida que el mundo avanza hacia las negociaciones sobre el Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020, la naturaleza sigue recibiendo menos financiación de lo necesario, según revela la segunda edición del informe Estado de la Financiación para la Naturaleza.

Si realmente se desea limitar el calentamiento global a 1,5 °C, detener la pérdida de biodiversidad, lograr la neutralidad de la degradación de la tierra y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se necesitaría emprender medidas radicales y urgentes en materia de reducción de emisiones, conservación de la naturaleza y un consumo y producción sostenibles. Las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) brindan la oportunidad de hacer frente de manera holística un conjunto de desafíos. No obstante, las corrientes de inversión en favor de las SbN son a la fecha de solo US$ 154.000 millones/año, lo que es menos de la mitad de la inversión de US$ 384.000 millones/año en SbN necesaria para 2025 y solo un tercio de la inversión necesaria para 2030 (US$ 484.000 millones/año).

“Los datos científicos no dan lugar a dudas. Mientras se emprende la transición hacia las cero emisiones netas para 2050, también debemos reorientar todas las actividades humanas para aliviar la presión sobre el mundo natural del que todos dependemos”, afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA. «Esto requiere que los gobiernos, las empresas y las finanzas aumenten masivamente las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza porque las inversiones en la naturaleza permiten asegurar el futuro de las generaciones venideras».

El informe ha sido publicado una semana antes de que los gobiernos de todo el mundo se reúnan en la Conferencia de Biodiversidad de la ONU (COP 15) en Montreal (Canadá), donde adoptarán un acuerdo histórico para detener e invertir la pérdida de la naturaleza para 2030. Entre las cuestiones clave que se están debatiendo figura la movilización de recursos financieros por destinar a la ejecución del Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020 y las inversiones en SbN. El PNUMA, junto con sus asociados, insta a los Gobiernos a concertar un acuerdo que establezca un mandato claro que permita a los países exigir al sector financiero que sea coherente y armonice sus actividades con objetivos de impacto positivo para la naturaleza.

Para hacer frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de las tierras mediante medidas inmediatas, es necesario que las inversiones actuales a escala mundial aumenten en US$ 230.000 millones cada año desde ahora hasta al menos 2025. Actualmente, los gobiernos proporcionan el 83% de las corrientes de inversión en las SbN; sin embargo, es poco probable que decidan incrementar drásticamente estos flujos debido a los desafíos fiscales relacionados con los conflictos, las deudas y la pobreza. Considerando lo anterior, el sector privado debe aumentar significativamente los montos actuales inversión en US$ 26.000 millones por año (17% más). Para lograrlo, el sector privado debe, primero, aumentar las inversiones en cadenas de suministro sostenibles; segundo, reducir las actividades con impacto negativo en el clima y la biodiversidad y compensar los impactos inevitables a través de mercados naturales de alta integridad; tercero, pagar por los servicios ecosistémicos que utiliza y, finalmente, invertir en actividades positivas para la naturaleza.

En el análisis elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la iniciativa relativa a la Economía de la Degradación de las Tierras (ELD) financiada por el BMZ junto con el apoyo de Vivid Economics (McKinsey) se concluye que limitar el calentamiento global a 1,5 °C, en lugar de 2 °C, solo es posible si se toman acciones de manera inmediata, al tiempo que se destinan inversiones adicionales con valor de US$ 1,5 billones para un total de US$ 11 billones entre 2022 2050, en comparación con el objetivo de 2 °C (con un valor total de inversiones de US$ 9,5 billones). Esta inversión adicional se centrará en la agricultura sostenible y la restauración de turberas (un tipo de humedal). La eliminación gradual del carbón y la descarbonización de los sistemas energéticos no serán suficientes si no se complementan con inversiones considerables en soluciones basadas en la naturaleza. Estos hechos son consistentes con los hallazgos del Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022, publicado el 27 de octubrede 2022.

Jochen Flasbarth, Secretario de Estado del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, declaró: “Si bien el mundo está sufriendo múltiples crisis, este informe proporciona claridad en que, si se aumentan significativamente las inversiones públicas y privadas en soluciones basadas en la naturaleza, es posible combatir el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de la tierra, al mismo tiempo que se aprovechan muchos beneficios sociales y económicos de la naturaleza. Debemos actuar de inmediato”.

Esta versión actualizada del informe se ha extendido para incluir un análisis sobre los ecosistemas marinos, por el cual se concluye que una pequeña parte, el 9%, de las inversiones totales en SbN se dirige a soluciones basadas en el medio marino. De manera irónica y desproporcionada, los océanos representan más del 70% de la superficie de la Tierra y absorben alrededor del 25% de todas las emisiones de CO2, lo que lo convierte en uno de los sumideros de carbono más grandes del mundo, al tiempo que proporciona el 17% de la proteína del mundo.

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Así como el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipa el «panorama más oscuro» para el crecimiento global en 2023, este informe constituye un recordatorio de que muchos esfuerzos a corto plazo para impulsar el Producto Interno Bruto (PIB) por parte de los gobiernos supondrán mayores costos tanto para las generaciones presentes como para las futuras en los próximos años, ya que no tienen en cuenta el hecho de que la naturaleza sustenta muchas economías.

Las soluciones a nuestros desafíos sociales deben centrarse en la transición de la actividad económica hacia prácticas que aborden los factores clave de la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra y la degradación climática. Si bien la promesa de declarar como área protegida el 30% de la tierra y los océanos para 2030 que hicieron los países del G7 es importante, para lo cual el déficit de financiación se estima en US$ 17.000 millones a US$ 22.000 millones por año al menos hasta 2030, este informe proporciona evidencia de que se necesita más financiación para impulsar un constante flujo de forestación y restauración de la vegetación natural.

Las corrientes de inversión con impacto negativo para la naturaleza que provienen de dineros públicos cuentan con un capital que es de 3 a 7 veces mayor que las inversiones actuales en soluciones basadas en la naturaleza; estas inversiones negativas deben ser reorientadas y se deben priorización los impactos positivos para la naturaleza en la razón de ser de toda política económica, toda empresa y toda toma de decisiones de inversión. Las subvenciones estatales perjudiciales para la naturaleza se destinan en mayor cuantía al sector de la energía, que se estima oscilan entre US$ 340.000 millones y US$ 530.000 millones cada año, y al sector agrícola, que se estiman en un valor de US$ 500.000 millones cada año a escala mundial.

La ciencia nunca ha sido tan clara. En una época en la que las repercusiones del cambio climático se manifiestan a través de incendios forestales, sequías e inundaciones sin precedentes, las SbN ayudan a amortiguar estos impactos y reducir el costo de responder a estos desastres inducidos por el clima. La naturaleza es la opción de inversión más firme e imprescindible para aumentar la resiliencia económica y el bienestar humano. El informe constituye un llamado de atención para duplicar la financiación en favor de la naturaleza desde ahora hasta 2025.

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