Bogotá D. C., may. 08 de 2015 – Agencia de Noticias UN- De los 2.8 millones de toneladas de alimentos que ingresaron a la capital en el 2010, se perdieron 511.000.
Dicha producción fue desechada en el Relleno Sanitario de Doña Juana o aprovechada por sistemas agroindustriales, empresas fabricantes de alimentos concentrados o por personas que viven en la pobreza extrema.
Un problema adicional en el suministro corresponde a la pérdida de 1.400 toneladas de alimentos por día, atribuido a las malas prácticas en la manipulación, al excesivo nivel de intermediación y a la falta de oportunidad de venta por parte de los distribuidores.
De acuerdo con el estudio realizado por Cristian Julián Díaz, en su tesis de Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo, para el año 2025 se prevé un incremento en el ingreso de alimentos asociado a las dinámicas poblacionales, que alcanza un total estimado de 4.4 millones de toneladas. Estas se encontrarían distribuidas entre la central de abastos (51 %) y las cadenas de almacenes (49 %).
El incremento en el consumo total y por habitante en todos los alimentos expondría a la ciudad a un riesgo de desabastecimiento que puede llevarla a un colapso.