Madrid.- Incrementar el uso de alfombras y cortinas térmicas o instalar dobles cristales y luces LED permite calentar un hogar en invierno utilizando menos energía y afrontar así el constante encarecimiento de la electricidad y el gas natural, según han explicado a EFE técnicos del sector.
Así, la coordinadora de la red de oficinas de apoyo a la rehabilitación del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Elvira López, ha indicado que «lo primero que hay que hacer es estar bien abrigados y ver qué cantidad de calor necesitamos» realmente para poder «mejorar la eficiencia» energética en el domicilio.
La Organización Mundial de la Salud recomienda mantener una temperatura de entre 64 y 75 grados Fahrenheit -entre 17,77 y 23,88 grados Celsius- en el interior de la vivienda si está ocupada «por personas que gozan de buena salud», pero en el caso de «los más pequeños, ancianos y personas con problemas de salud» considera que no debería bajar de los 68 grados Farenheit -20 grados Celsius-.
Otras fuentes hablan de entre 21 y 23 grados Celsius, aunque sugieren bajarla hasta los 19 para ahorrar dinero y calor.
Para López, una de las medidas más eficientes es la de instalar doble cristal en las ventanas, pero también aboga por cerrar los radiadores de las habitaciones no ocupadas, la renovación de los electrodomésticos por otros de mayor eficiencia y los temporizadores eléctricos.
Eficiencia energética en edificios
Las medidas en la vivienda individual deberían ir acompañados por otras en el edificio, si bien «no existe una receta que se pueda extrapolar» ya que las intervenciones en este sentido deben «ajustarse a cada caso, teniendo en cuenta el potencial de mejora» en un país como España donde existe una «escasa cultura de conservación y mantenimiento de los edificios» que originan el 36 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El responsable de políticas de rehabilitación energética en el área de Energía y Personas de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), Javier Tobías, aconseja instalar cortinas térmicas y burletes en puertas y ventanas además de usar más alfombras como opciones de aislamiento.
También apuesta por ahorrar energía con el uso de bombillas LED -de menor consumo que las habituales- y regletas provistas de interruptores, así como purgar los radiadores una vez al año, evitar colocar objetos delante de los radiadores, bajar las persianas por la noche y apagar la vitrocerámica antes de terminar de cocinar para aprovechar el calor residual.
Crisis energética
Tobías recuerda que, si bien la crisis energética afecta a toda la población, los más perjudicados son los casi 8 millones de personas que viven en España en situación de pobreza energética porque sus familias «anteponen el pago de los recibos a la compra de alimentos o bienes de primera necesidad».
La mejor solución para acabar con la ineficiencia energética en los hogares, según la documentación facilitada por la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, pasa por la rehabilitación de las casas, un sector que espera un gran crecimiento en los próximos años.
Sin embargo, las viviendas de alquiler son las grandes olvidadas porque en ellas «vive más gente necesitada», pero «no han tenido excesiva representación en los programas de rehabilitación» porque sus propietarios «no sufren el calor o el frío» y no tienen motivación para solicitar las ayudas.
Vivimos una «profunda crisis energética en Europa, con la inflación disparada y un incremento desmedido de las facturas de electricidad y de gas», recuerda la presidenta del CSCAE. Marta Vall-llosera, por lo que «necesitamos medidas de urgencia que protejan a la sociedad más vulnerable”. EFEverde