El titular de la ONU presenta un plan de cinco puntos para conseguir que a mediados de siglo la mayor parte de la energía proceda de fuentes renovables.

Las energías renovables son el único camino creíble si el mundo quiere evitar una catástrofe climática, afirmó el sábado el Secretario General de la ONU, António Guterres, esbozando un plan de cinco puntos para llevar a cabo una transición justa.

«Sólo las energías renovables pueden salvaguardar nuestro futuro, cerrar la brecha de acceso a la energía, estabilizar los precios y garantizar la seguridad energética», afirmó en un mensaje de vídeo dirigido a la 13ª Sesión de la Asamblea de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que se celebra este fin de semana en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos).

Sentencia de muerte para muchos

El mundo sigue siendo adicto a los combustibles fósiles y el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados se aleja rápidamente de nuestro alcance, advirtió el responsable de la ONU.

 «Con las políticas actuales, nos dirigimos a 2,8 grados de calentamiento global para finales de siglo. Las consecuencias serán devastadoras. Varias partes de nuestro planeta serán inhabitables. Y para muchos, esto es una sentencia de muerte», afirmó.

Las fuentes de energía renovables representan actualmente alrededor del 30% de la electricidad mundial. Guterres afirmó que este porcentaje debe duplicarse hasta superar el 60% en 2030, y el 90% a mediados de siglo.

Bienes públicos mundiales

Su Plan Energético de Cinco Puntos pide en primer lugar que se eliminen las barreras a la propiedad intelectual para que las tecnologías renovables clave, incluido el almacenamiento de energía, sean tratadas como bienes públicos mundiales.

En segundo lugar, los países también deben diversificar y aumentar el acceso a las cadenas de suministro de materias primas y componentes para las tecnologías renovables, sin degradar el medio ambiente. 

«Esto puede ayudar a crear millones de empleos verdes, especialmente para las mujeres y los jóvenes en el mundo en desarrollo», dijo Guterres.

En Belarús, el PNUD ayudó a construir el mayor parque eólico del país. La energía eólica podría ayudar a Belarús a ser energéticamente independiente en 2050

PNUD Belarus/Sergei Gapon

Subvencionar el cambio

Para el tercer punto de su plan, el Secretario General instó a los responsables políticos a reducir la burocracia, acelerar la aprobación de proyectos sostenibles en todo el mundo y modernizar las redes eléctricas. 

Su cuarto punto se centró en las subvenciones energéticas. Subrayó la necesidad de pasar de los combustibles fósiles a una energía limpia y asequible, y añadió que «debemos apoyar a los grupos vulnerables afectados por esta transición».

Y para el cumplir el quinto punto, destacó cómo las inversiones públicas y privadas en renovables deberían triplicarse hasta alcanzar al menos cuatro billones de dólares al año.  

Tras señalar que la mayoría de las inversiones en energías renovables se realizan en los países desarrollados, el Secretario General instó a los países a colaborar para reducir el coste de capital de las energías renovables y garantizar que la financiación fluya hacia quienes más la necesitan. 

Los bancos multilaterales de desarrollo también deben invertir masivamente en infraestructuras de energías renovables, añadió, mientras que las naciones más ricas deben colaborar con los organismos de crédito para aumentar las inversiones verdes en los países en desarrollo. 

Reforzar la soberanía energética

El presidente de la Asamblea General de la ONU, Csaba Kőrösi, subrayó por su parte en el mismo acto que el éxito de la protección del clima depende de la transición hacia energías limpias.

«Pero la transición energética que hemos previsto era un programa para tiempos de paz», dijo en un mensaje pregrabado. «¿Cómo funcionará en tiempos de grandes enfrentamientos políticos, cuando el suministro de energía se convierta en una herramienta de conflicto?».

Aunque a corto plazo puedan producirse contratiempos, junto con un probable aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el calentamiento global, Kőrösi señaló los beneficios a largo plazo de la energía verde.

«Si nos fijamos en las tendencias de inversión, el impacto a largo plazo del conflicto podría ser el contrario. Desde la solar a la eólica, pasando por la undimotriz (que capta la energía de las olas) y la geotérmica, las fuentes de energía renovables están disponibles para todos los climas. Su uso tiene el potencial de reforzar la soberanía energética», afirmó.

Desesperada carrera contrarreloj

El presidente de la Asamblea General esbozó las medidas que deben tomarse para que las energías renovables representen el 60% de la generación mundial de electricidad en 2030.

Entre ellas figuran la inversión en herramientas científicas de medición, la creación de un mecanismo de seguimiento para evaluar los avances, la eliminación de las barreras de propiedad intelectual y el refuerzo de las asociaciones para iniciativas de energía sostenible.

Kőrösi subrayó la urgencia de actuar ahora: «Nos encontramos en una desesperada carrera contra el tiempo. Necesitamos una acción transformadora audaz para frenar el cambio climático», afirmó. «Tenemos los conocimientos. Tenemos los medios. Sólo debemos tener la voluntad».

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