Pese a ser una de las primeras plantas domesticadas, en las últimas décadas su consumo se ha visto relegado por el de otros cereales. En 2023, la FAO celebra el Año Internacional del Mijo para ayudar a todos a redescubrir las múltiples razones por las que este cultivo debería resurgir en nuestros mercados y en nuestras mesas. © FAO/Jeanette Van Acker

Puede que sea pequeño, pero soy fuerte. Crezco donde otros no pueden. Nutro los suelos y los ecosistemas y proporciono nutrición para todos.

¿Qué soy?

Mijo

El mijo engloba un grupo diverso de cereales de grano pequeño propios de tierras secas, como el mijo de cola de zorra, el mijo japonés y el fonio, entre otros. Como grano entero, constituye una buena fuente de nutrientes esenciales.

El mijo se cultiva principalmente en Asia y África, con la India como principal país productor, seguido de Nigeria, el Níger y China. Fue una de las primeras plantas domesticadas y aún constituye un cultivo básico tradicional en parte del África subsahariana y Asia.

Este cultivo, arraigado en antiguas culturas y tradiciones ancestrales, ha sobrevivido durante mucho tiempo a duras condiciones. Su resiliencia al cambio climático y su adaptabilidad permiten reforzar la seguridad alimentaria e impulsar el crecimiento económico.

Para celebrar el Año Internacional del Mijo 2023, la FAO colabora con sus asociados para liberar el gran potencial del mijo como alimento asequible que puede contribuir a dietas saludables y a un entorno sano.

He aquí seis razones fundamentales por las que el mijo merece nuestra atención y un lugar en nuestras mesas:

1. El mijo puede crecer en condiciones imposibles para otros cultivos.

Cercada por las emergencias climáticas y el agotamiento de los recursos naturales, la población mundial sigue en constante crecimiento y necesita alimentos suficientes y saludables. El mijo puede ser parte de la solución. Se trata de un cereal que puede sobrevivir a condiciones climáticas adversas y aportar soluciones a la escasez de alimentos. Dado que con frecuencia se trata del único cultivo que puede cosecharse en temporada seca, el mijo puede ser una fuente vital de alimentos para las poblaciones vulnerables a la inseguridad alimentaria.

El mijo no solo aporta nutrientes esenciales para una alimentación saludable, sino que también es resiliente al clima y su cultivo tiene una necesidad mínima de insumos y mantenimiento, cualidades todas ellas favorables para los pequeños agricultores. Izquierda/arriba: ©FAO/Issouf Sanogo Derecha/abajo: ©FAO/Aldo Youssouf

2. El mijo puede contribuir a una alimentación saludable.

El mijo aporta antioxidantes, minerales y proteínas. Como grano entero, cada variedad también ofrece distintos tipos y cantidades de fibra, que intervienen en la regulación de la función intestinal, los niveles de glucosa y los lípidos en sangre.

Además, el mijo no contiene gluten y su índice glucémico es bajo, lo que lo convierte en un alimento ideal para las personas celíacas, con intolerancia al gluten, diabéticas o con altos niveles de azúcar en sangre. También puede ser una económica fuente de hierro. Incorporar el mijo a nuestra dieta puede proporcionarnos alternativas nutritivas y saludables al grano refinado habitual en el mercado mundial. Si desea investigar sobre cómo comerlo, aquí tiene una opción para renovar su dieta: las tortas de mijo africano.

3. El mijo es resiliente al clima

El mijo es resistente a la sequía y tolerante a las enfermedades y plagas de los cultivos, lo que le permite sobrevivir en condiciones climáticas adversas.

Dado que puede cultivarse con una necesidad mínima de insumos y mantenimiento y adaptarse a las perturbaciones climáticas, el aumento de su producción puede transformar los sistemas agroalimentarios locales y hacerlos más eficientes, resilientes e inclusivos. La capacidad del mijo para crecer en suelos pobres y degradados también puede proporcionar una cubierta del suelo en las zonas áridas, reduciendo la degradación del suelo y fomentando la biodiversidad.

4. El mijo ofrece prometedoras oportunidades de subsistencia a los agricultores en pequeña escala.

A medida que se ha ido propagando el consumo de otros cereales, las preferencias alimentarias han cambiado y han provocado un descenso de la producción y la demanda de mijo. Al fomentar el consumo y la producción de este cultivo infrautilizado podemos ayudarlo a recuperar su cuota de mercado y crear nuevas oportunidades para los agricultores en pequeña escala.

El mijo puede aportar mayor diversidad al comercio mundial y dotar de mayor resiliencia a los mercados. © FAO/Ana Gil 

5. El comercio de mijo puede mejorar la diversidad del sistema alimentario mundial

Hoy en día, el mijo representa menos del 3 % del comercio mundial de cereales. Cuando el mercado de los cereales sufra perturbaciones bruscas, el mijo puede constituir una alternativa valiosa al grano que se comercializa habitualmente. Esta diversidad añadida puede mejorar la resiliencia del mercado mundial y mitigar nuestra dependencia de otros cereales.

6. El mijo puede utilizarse de múltiples formas innovadoras.

La diversidad genética del mijo se presta a numerosas aplicaciones diversas e innovadoras en ámbitos como la terapéutica y la farmacia. Si se emplea de forma innovadora, el mijo ofrece aún más oportunidades de mercado para el comercio regional e internacional.

Este es mi año. Libera nuestro potencial y ponme de nuevo en tu mesa.

Soy el mijo. Soy fuerte, pero necesitaré ayuda.

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