Madrid.- «La batalla del viento», un documental del director Richard Zubelzu, recoge los testimonios de vecinos de localidades afectadas por la instalación de macroproyectos de energías renovables en Cantabria, un problema que está sumando afectados en otros lugares que no ven estas infraestructuras como una solución para la España vaciada.
‘La batalla del viento’
Así lo ha explicado a EFE el director cántabro, quien ha lanzado una campaña de micromecenazgo («crowdfunding») para finalizar el documental «La batalla del viento», que rueda junto a Magda Calabrese en la producción y guion, con la productora Objetivo Family Films.
Zubelzu, nacido en Reinosa (Cantabria), y cuyo largometraje «Querían enterrarnos pero no sabían que éramos semillas» sobre la guerra de Ucrania fue preseleccionado como candidato al Oscar a mejor película documental, ha señalado que los afectados «no» se oponen a las energías renovables, sino a «la forma de poner en marcha estos proyectos».
Sus trabajos recogen temáticas sociales, pero también ambientales, de ahí que accediera a la propuesta de amigos integrantes de asociaciones en contra de estos megaproyectos para recoger la realidad de lo que está sucediendo, la convivencia de los vecinos en varios lugares y la voz de ecologistas o naturistas como Luis Miguel Domínguez.
En su opinión, lo que deja muy en claro el documental es que «no se está en contra de las energías renovables, ni mucho menos, pero sí del modelo extractivista, de las empresas del oligopolio y contra el ‘greenwashing’ o del blanqueamiento de las empresas con el logo verde o la buena prensa que tiene la energía verde».
«Expoliar una zona en beneficio de grandes ciudades»
«Nadie está en contra del desarrollo», pero lo que se pretende es que «se cuente con la gente» que vive en los lugares donde se pretende instalar los proyectos, «porque parece que quieren expoliar una zona para el beneficio de las grandes ciudades, y es algo que hay que mirar porque estamos hablando de la España vaciada, pero así lo que haces es incluso vaciarla aún más».
Zubelzu ha recordado que accedió porque estaba grabando por la zona y aprovechando los equipos recogieron imágenes y testimonios de diferentes actores en el problema para el montaje del documental, para el que no ha podido obtener ayuda pública como para otros documentales.
«Muchos alcaldes no querían hablar porque no sabían cómo se iban a posicionar sobre el tema», ha explicado, aunque muchos le llamaron posteriormente, «pero con miras a las elecciones, nadie quiere dar un paso en falso, salvo un alcalde del PP que se mostró totalmente defensor del medio rural».
El documental recoge además «el poder de los concejos de los pueblos, una figura que te piensas que es algo casi medieval, pero que sigue en vigor en muchos lugares».
Comunidades energéticas
En este trabajo, ha dicho Zubelzu, «potenciamos mucho las comunidades energéticas, que no tenga que ser todo espolear un territorio» para que luego la energía generada «se traslade a miles de kilómetros, sino que se puedan autogestionar muchas zonas con placas solares y pequeños molinos».
La oposición va en contra de los grandes parques industriales «que se cargan una economía y muchas casas rurales que hay allí, con mucha agricultura y ganadería ecológica», entre otras cosas, ha indicado.
El director cántabro ha subrayado que durante la filmación de un documental anterior en Páramo de La Lora, en Burgos, le «dejó perturbado el ruido de las palas de un molino eólico, con la casa a 50 metros», y -ha asegurado- «no puede ser bueno para la salud».
Por ello, ha reflexionado: «lo mismo es que debemos consumir menos, si cada vez consumimos más necesitamos más energía» y cada vez «somos más dependientes de la energía» de otros países, en un momento de una crisis energética europea provocada justamente por la invasión rusa a Ucrania.
Ralentizar los procesos
Zubelzu, quien ha incidido en la reducción del consumo, ha achacado la situación a que «se está haciendo una transición energética muy precipitada» y cree que «se debería dar más espacio y tiempo a las cosas», porque la guerra «está precipitando la situación aún más».
Además, ha criticado que muchos de estos megaproyectos de energías renovables «están planteados en espacios de parques naturales», lo que ha llevado a que muchos de ellos hayan sido desestimados en Cantabria «por el impacto ambiental».
«Crowdfunding» para finalizar el documental
El director de «La batalla del viento», que también está sufriendo las consecuencias del encarecimiento de la energía en las salas de edición, postproducción y sonorización, ha recordado que el «crowdfunding» estará abierto durante el mes de febrero, con el objetivo de recaudar 3.700 euros que es lo que necesita para finalizar el documental, con aportaciones que pueden ir desde cinco hasta 300 euros a través de la productora o en las redes sociales. EFEverde