La Tierra tiene cientos de mecanismos de regulación que se complementan como engranes de una maquinaria gigantesca. Hablando de los polos geográficos específicamente, tenemos el denominado vórtice polar, que ayuda a mantener las temperaturas frías y cálidas en equilibrio. Pero este año el vórtice parece estarse rompiendo, ¿qué significa exactamente?
Qué es el vórtice polar estratosférico
Como bien sabemos, los polos geográficos están cubiertos de hielo, mismo que se encarga de mantener regulada la temperatura de todo el planeta a través de las corrientes marinas. Este es el mecanismo regulatorio de temperatura global más visible, pero muy por encima del hielo, en la segunda capa de la atmósfera, ocurre otro fenómeno igual de importante.
Llamado vórtice polar, es una corriente de vientos muy intensa que se forma muy por encima de la superficie terrestre, entre 15 y 35 kilómetros de altura, y que rodea a los polos. Gracias a la corriente circular, el aire frío se queda atrapado principalmente en las regiones más septentrionales, es decir, sobre el Círculo Polar Ártico.
El nombre de ‘vórtice’ proviene del término en latín ‘vortex’ que hace referencia a un torbellino cuyo flujo corre en sentido contrario de las manecillas del reloj. Normalmente el vórtice se fortifica durante el invierno y se debilita o desaparece durante el verano. Durante el invierno el vórtice polar hace que la corriente de aire helado se quede estancado sobre el Ártico, donde los inviernos son más crudos y permite que regiones más bajas del Polo Norte, experimenten temperaturas menos gélidas.
Qué pasa cuando se rompe el vórtice
Cuando ocurre algún evento meteorológico o situaciones atmosféricas como por ejemplo un potente ciclón, entonces las fluctuaciones abruptas en la temperatura pueden trasladarse hasta la estratosfera, desestabilizando o incluso rompiendo el vórtice polar.
La desestabilización del flujo de corriente helada puede incluso generar un cambio de dirección de giro o debilitarse al grado de desaparecer por unos instantes. La consecuencia inmediata es que el aire gélido se escapa del Ártico y se traslada hasta latitudes más hacia el ecuador, generando bajadas de temperaturas inusuales y repentinas. No obstante, no se puede predecir exactamente hacia dónde se dirigirán las bajas temperaturas, pudiendo afectar a Rusia, Europa, Norteamérica o incluso al Atlántico.
Un rompimiento inesperado
Este año el Ártico tiene menos extensión de hielo, una tendencia que se ha visto en los últimos años debido al calentamiento global. Aunado a esto, el vórtice polar parece estar experimentando una rotura y aunque si bien, no sería la primera vez que se produce pues ha ocurrido muchas veces en el pasado, los meteorólogos se mantienen pendientes de lo que pueda ocurrir.
Existen mayores probabilidades de que el vórtice se rompa durante este invierno que en años pasados, han dicho los expertos. Sin embargo, no es una situación por lo que haya que alarmarse ya que en caso de que así sea, lo único que podríamos esperar serían temperaturas más bajas de lo normal en las regiones cercanas al Ártico.
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