© PNUMA/Duncan Moore
El vertedero de basura de Dandora, en Nairobi, es el más grande de Kenya.
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Cambio climático y medioambiente
La jornada, que se celebra por primera vez, busca crear conciencia sobre la contaminación desmedida que la actividad humana provoca en detrimento de la salud y el medio ambiente. “Estamos destrozando nuestro único hogar”, advierte António Guterres, afirmando que la mejor gestión y el reciclaje de basura es responsabilidad de la industria, los gobiernos y la sociedad civil.
El mundo celebra este jueves por primera vez el Día Internacional de Cero Desechos, que alienta a todas las personas, empresas y gobiernos a prevenir y reducir al mínimo la basura, pugnando por un cambio social hacia la economía circular.
“La humanidad está tratando a nuestro planeta como un basurero, estamos destrozando nuestro único hogar”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas en un evento de la Asamblea General para marcar la jornada.
António Guterres apoyó su afirmación citando las cifras del Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que revelan que el mundo genera 2000 millones de toneladas de desechos sólidos urbanos cada año, el 45% de los cuales no se gestiona adecuadamente.
Recordó también que cada minuto se arroja al océano el equivalente a un camión de basura lleno de plástico y afirmó que la contaminación y los productos químicos envenenan el agua, el aire y el suelo.
Asimismo, refirió que el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen del cultivo, almacenamiento y transporte de alimentos que nunca se utilizan, agregando que es “una barbaridad” que esto ocurra mientras más de 800 millones de personas padecen hambre en el mundo.
La ONU ha destacado que la basura afecta de forma desproporcionada a la población más pobre, especialmente a los casi 4000 millones de personas que no tienen acceso a instalaciones de eliminación controlada de desechos.
Las cifras también indican que los residuos mal gestionados son el tercer mayor emisor global de metano.
Todo esto le cuesta miles de millones de dólares anuales a la economía mundial, abundó.
Guterres insistió en que el tiempo se agota para evitar una catástrofe climática y aseveró que reducir los desechos disminuiría considerablemente las emisiones de carbono.
© UNICEF/Nadia Bseiso
Los residuos se duplicarán para 2050
Según proyecciones científicas, los residuos sólidos se duplicarán para 2050, alcanzando 4000 millones de toneladas al año.
“Los residuos son un asesino (…) La basura arrasa nuestro planeta”, alertó el titular de la ONU, llamando a tomar medidas urgentes al respecto.
Para contrarrestar el fenómeno, Guterres planteó tres líneas de acción que involucran a la industria, los gobiernos y la sociedad civil.
De acuerdo con su planteamiento, las empresas contaminantes deben tomar la iniciativa diseñando productos y servicios que requieran menos recursos y materiales, gestionando ecológicamente los desperdicios en todas las etapas del ciclo de producción, extendiendo la vida útil de sus productos e invirtiendo en sistemas de reciclaje de residuos en las comunidades en que operan.
Los gobiernos nacionales, municipales y locales, por su parte, deben invertir en el desarrollo de sistemas modernos de gestión de basura y elaborar políticas que alienten a los ciudadanos a reciclar todos los bienes que consuman.
En lo que atañe a los consumidores, Guterres apeló a la responsabilidad a la hora de desechar algo. “Debemos encontrar posibilidades de reutilización, reciclaje, reconversión, reparación y recuperación de los productos que utilizamos y pensar dos veces antes de arrojarlos a la basura”, apuntó.
La economía circular crearía millones de empleos
El Secretario General sostuvo que la actuación simultánea en esas tres líneas reportaría grandes ventajas económicas y recalcó que una economía circular y de cero desechos daría pie a la creación de centenares de millones de empleos.
“Pero todo eso requiere de una colaboración mundial”, enfatizó, y consideró que la mera celebración del Día Internacional de Cero Desechos demuestra que existe la voluntad política para combatir la fuente de contaminación que supone la basura.
“Trabajemos como uno solo para construir un futuro circular sin desperdicios para las personas y el planeta”, puntualizó Guterres.
Los responsables de las agencias de la ONU aunaron su voz a la del Secretario General en la exhortación de optar por una economía circular.
© PNUD/Sumaya Agha
Contamos con los conocimientos
La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), Maimunah Mohd Sharif, subrayó que la gestión de desechos es “fundamental para superar los desafíos de vivienda y saneamiento de las ciudades, así como para enfrentar la crisis climática”.
Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, destacó el estado de desarrollo de la ciencia y la tecnología e instó a aplicarlo a la gestión adecuada de la basura. “Tenemos el conocimiento tanto científico como indígena para encontrar soluciones, contamos con los conocimientos técnicos. Debemos actuar ahora”, dijo.
No depender de recursos fósiles
El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) conminó a utilizar los recursos biológicos existentes de manera más eficiente y desperdiciando menos, en lugar de depender de recursos finitos basados en fósiles.
Qu Dongyu explicó que la población mundial será de unos 10.000 millones de personas para 2050, lo que implicará un aumento del 56% en la demanda mundial de productos agrícolas alimentarios y no alimentarios, y añadió que para satisfacer esa demanda adicional de insumos agrícolas -incluidos alimentos, fibra, combustible y forraje, de manera equitativa y sostenible- habrá que producir y consumir de una manera más sostenible y saludable, con menos insumos.
En este sentido, Qu aseguró que la economía circular y sostenible es el camino para lograr ese objetivo y enfatizó que la bioeconomía es una prioridad estratégica de la FAO para reducir los desechos y la contaminación, ya que valora y promueve la producción y el consumo responsable de recursos naturales renovables, contribuyendo a la acción climática, la conservación de la biodiversidad y la restauración de los ecosistemas.
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