En 2023, el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS) reconoce el día bajo la campaña “La acción contra las minas no puede esperar”, destacando el problema sufrido durante décadas en Camboya, la República Democrática Popular Lao y Viet Nam, y concienciando sobre los problemas relativos a la inserción de nuevos detonadores.

El objetivo general es llamar la atención sobre las áreas del mundo que permanecen contaminadas después de muchos años y en donde muchas generaciones se han visto forzadas a cambiar sus vidas para evitar este peligro.

La presencia de estos artefactos explosivos amenaza vidas, restringe la libertad de movimiento, limita el acceso a la tierra, priva de derechos a las comunidades y, sobre todo, infunde miedo e inseguridad. Propaga un terror que, si el problema persiste a largo plazo, se interioriza de manera permanente, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables.

Esta campaña deja claro que la erradicación de todas las minas antipersona no puede esperar.

Se trate de una contaminación nueva en Colombia, Myanmar, Ucrania o Yemen, o de una contaminación antigua en Camboya, Irak o Viet Nam, aquellos involucrados en la acción contra las minas y los Estados Partes de la Convención para la Prohibición de las Minas deben completar la limpieza.

Es un problema humano que ataña a la humanidad.

Antecedentes

Las Naciones Unidas siguen promoviendo la universalización de los marcos jurídicos existentes y alentando a los Estados Miembros a que amplíen esos regímenes y elaboren nuevos instrumentos internacionales para proteger a los civiles de los flagelos de las minas terrestres y los restos explosivos de guerra. Las Naciones Unidas realizan esta labor en colaboración con los Estados interesados, la sociedad civil y las organizaciones internacionales que realizan actividades relativas a las minas.

Desde la aprobación en 1997 de la Convención sobre la prohibición de minas antipersona, 164 países han ratificado esa convención o se han adherido a ella.

Además de las minas antipersona, siguen existiendo retos en lo que respecta a todos los demás restos explosivos de guerra. El 12 de noviembre de 2006, el Secretario General acogió con beneplácito la entrada en vigor del Protocolo sobre los Restos Explosivos de Guerra de la Convención sobre las armas convencionales y reiteró su llamamiento en favor de su universalización y aplicación. Lo mismo ocurrió en 2008, con la firma de la Convención sobre Municiones en Racimo, la cual entró en vigor el 1 de agosto de 2010.

Guiado por su política interinstitucional, el Equipo Interagencial de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas, integrado por 12 departamentos, organismos, fondos y programas, y contando con diversas entidades que tienen calidad de observador, como el Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme, sigue velando por la coherencia en todo el sistema de las Naciones Unidas con respecto a todos los pilares y actividades relativos a las minas.

En 2018, el UNMAS convocó, coordinó y dirigió la redacción de la Estrategia de las Naciones Unidas contra las Minas 2019- 2023. Dos de los aspectos más significativos de la Estrategia son que representa un marco de rendición de cuentas para el sistema de las Naciones Unidas e introduce una teoría de cambio para la participación de las Naciones Unidas en la acción contra las minas.

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