Romero, Redondo, Aguirre e Infantino fueron algunos de los jugadores que se lucieron en la goleada a Nueva Zelanda por 5-0.
Las pruebas de Javier Mascherano en la Copa del Mundo Sub 20 de la FIFA tuvieron su efecto. En el fútbol, suele decirse que un entrenador necesita abrir el abanico de opciones que tiene en su plantel. Probar. Examinar. Dejar un mensaje para todos. Clasificado a los octavos de final, el técnico argentino modificó casi por completo el equipo en relación a los cruces contra Uzbekistán y Guatemala. Y Argentina, en su éxito por 5-0 sobre Nueva Zelanda, encontró tranquilidad. Con este resultado, a la espera de conocer a su próximo rival, los albicelestes jugarán el miércoles 31 de mayo.
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Desde ya, este tipo de prácticas suelen hacerse en el fútbol bajo este formato de competencia y cuando un equipo está clasificado de antemano a la siguiente instancia. Se cuidan piezas y a su vez se brindan nuevas oportunidades. Todo suma para sus crecimientos. Y en Argentina hay varios intérpretes que la aprovecharon a la perfección: Brian Aguirre, Luka Romero, Federico Redondo, Ignacio Maestro Puch, Gino Infantino y Juan Gauto, por ejemplo.
Todas estas piezas funcionaron y se complementaron a la perfección. En San Juan pudo encontrarse volumen de ataque, movilidad, eficacia y presión asfixiante para pararse con personalidad en campo rival.
Sin dudas, el brillo de la tardecita sanjuanina quedó en el pie izquierdo de Romero. El zurdo talentoso que entró en los libros del fútbol español cuando debutó en Mallorca, contra Real Madrid, con apenas 15 años. Hoy juega en Lazio, de Italia. Desequilibrante, es muy preciso en los tiros libres y tiene una pegada potente de media distancia. Lo dejó en claro con un gol maravilloso tras un arranque electrizante desde la mitad de la cancha y un zapatazo que se metió en el ángulo izquierdo de Kees Sims. Sus compañeros, en el banco de suplentes, se tomaban la cabeza en un claro gesto: “¡No se puede creer lo que hizo!”.
Por las puntas, Aguirre y Gauto aportaron rebeldía y gambeta. Cada una de sus llegadas en dirección al arco contrario aparecían como una amenaza constante. Aguirre, quien milita en Newell’s, tuvo un inicio endemoniado, con lujos, desbordes y una asistencia a Maestro Puch.
En el mediocampo, Redondo -hijo del legendario Fernando- e Infantino también mostraron el juego que se esperaba a partir de la capacidad técnica que poseen. El volante de Argentinos Juniors lució como la llave de salida que necesita todo equipo; buen lector del juego a partir de su panorama y una amplia capacidad de desplazamiento.
Gauto, otro de los “nuevos”, aportó velocidad por la banda derecha. Y en la delantera, Maestro Puch le regaló al público una sonrisa gigante: de cabeza, marcó su primer gol oficial con la camiseta celeste y blanca del Sub 20.
En este tipo de certámenes hay un aspecto que se presume indispensable: poseer un plantel amplio en cantidad y calidad, que permita el recambio sin resentir demasiado la estructura. Más tarde o más temprano, habrá que recurrir a hombres de refresco. Aguirre (autor del cuarto gol, de penal) es uno de los tantos. Un extremo en el que se vislumbra mucha proyección y expectativas.
La ovación con la que la San Juan despidió al equipo argentino fue una muestra del partido que los futbolistas regalaron en la cancha. No es un premio menor. Desde el banco, Argentina encontró un potencial de evolución muy interesante.
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