En La Plata, la Canarinha se impuso por 4-1 y ahora se enfrentará a Israel.

Brasil empieza a pisar fuerte en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA. Con el oficio del campeón sudamericano. Con la aparición de chicos con pinta de grandes, esos históricos tesoros escondidos, les regaló una sonrisa de oreja a oreja a esos hinchas que se acercaron al estadio de La Plata. El cinco veces campeón de este torneo superó a Túnez por 4-1 y en los cuartos de final se medirá contra Israel.

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La Canarinha es un equipo que tiene claro su libreto. Se agrupa bien, intenta disponer con precisión el adelantamiento y arriba tiene futbolistas con una gran variedad de recursos: Savio y Marcos Leonardo son los fieles reflejos. Este último, quien ya acumula cuatro tantos, abrió el marcador de penal a los 11 minutos.

Y hablando de tesoros escondidos, el segundo gol, a los 31 minutos, llegó por intermedio de Andrey Santos, el capitán que se metió en el área chica para definir. El canterano de Vasco da Gama, de 18 años, ya ha firmado con Chelsea. Tiene mucha facilidad para jugar, lectura y cada vez que puede se arrima al arco rival.

En un estadio que contó con 9.175 espectadores, el conjunto que dirige Ramón Menezes administró más el balón, trianguló. Siempre contó con más chances por llegar al arco de Dries Arfaoui. Comenzó a meter gambetas y, pirueta tras pirueta, encontró la velocidad de los rapiditos. La tarea de abrir huecos quedó para el incisivo Savio, una de las grandes figuras de este torneo.

Túnez no empezaba a jugar. Sin la pelota, sin recursos adecuados para conseguirla, reducía sus intentos a embestidas que no prosperaban. Lo más interesante resultó Chaïm El Djebali, quien hizo expulsar a Robert en una acción desafortunada del fondo de Brasil.

Esta situación gol cambió el curso del partido. Túnez adelantó la línea defensiva y comenzó con ataques hacia el arco defendido por Kaique, aunque le falto lucidez en los metros finales. Es cierto, jugó con dignidad y no mereció irse con las manos vacías. Por eso celebraron la conquista de Jibril Othman.

Brasil, estratégico, bajó sus pretensiones, al punto que sacó a dos de sus figuras, Savio y Marcos Leonardo. Sin embargo, de contraataque, no le impidió aumentar el marcador por intermedio de Matheus Martins en tiempo de descuento. Y luego hizo lo propio Andrey Santos, una vez más. La estrella del partido.

Los sudamericanos superaron otra prueba en La Plata. Una vez más, utilizaron sus condiciones a favor de la eficacia en el juego. Con creatividad, con dinámica. Fundamentalmente en los primeros 45 minutos. La jerarquía define partidos. Y vaya si lo sabe este equipo.

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