Perdió por 2 a 0 ante Nigeria y quedó eliminado en octavos de final.

Dos saques de arco largos del arquero Kingsley Aniagboso alcanzaron para derribar el castillo de ilusiones que se había construido Argentina en esta Copa Mundial Sub-20 de la FIFA. Esos dos envíos desnudaron la fragilidad defensiva de un equipo que se construyó de apuro y que, gracias a las goleadas en primera fase, había logrado entusiasmar a un público que recibió con los brazos abiertos a este torneo.

Nigeria golpeó con contundencia cuando Argentina se lo permitió. Y se llevó un triunfo por 2 a 0 que es, hasta ahora, la gran sorpresa del Mundial. Tal como se había percibido en las presentaciones en Santiago del Estero y también en el último partido en San Juan, esta ciudad latía al ritmo de los colores celestes y blancos.

La ventaja nigeriana tras el tanto de Ibrahim Muhammad provocó desazón en las tribunas y cierto nerviosismo dentro del campo. Un equipo que había tomado como una obligación llegar hasta las instancias decisivas de este campeonato empezó a sentir que el final se precipitaba. Y tomaron caminos equivocados por ese apuro.

Argentina no podrá repetir así la historia que escribió en su casa en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2001, cuando como local levantó el trofeo con un fútbol de alto vuelvo. El equipo que más veces fue campeón en esta categoría (6, en 1979, 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007) no podrá estirar su palmarés.

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