El calentamiento global, caracterizado por el aumento de las temperaturas medias, las precipitaciones y la prolongación de los periodos de sequía, podría provocar un número récord de infecciones por dengue en todo el mundo, advierte la agencia sanitaria de la ONU.
El cambio climático está llevando el dengue hacia zonas donde antes no existía. La Organización Mundial de la Salud ha pedido a los países del continente americano y de Europa que se preparen ante posibles brotes.
«Aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer dengue, que afecta a unos 129 países», declaró el director del Programa Mundial de Control de Enfermedades Tropicales de la agencia.
Raman Velayudhan explicó que los países europeos también están en alerta porque ya había registrado una transmisión por Aedes de dengue o chikungunya desde 2010. “Hemos tenido más brotes desde entonces y se calcula que el mosquito está presente en unos 22 países europeos», declaró.
Además del cambio climático, otros factores han impulsado la propagación del dengue, como el aumento de la circulación de personas y mercancías, la urbanización y la presión sobre el agua y el saneamiento.
Más allá de los trópicos
«Calculamos que cada año se registran entre 100 y 400 millones de casos. Esto es básicamente una estimación, y sólo en la región americana se han notificado unos 2,8 millones de casos y 101.280 muertes”, añadió Raman Velayudhan.
Además, preocupa que se está propagando a zonas más lejos de los trópicos donde era menos frecuente como Bolivia, Paraguay y Perú.
La agencia considera muy importante que los Estados de las Américas extremen la vigilancia y estén preparados. En el segundo semestre de 2023 se espera un aumento de los casos.
La infección más común
El dengue, también llamado fiebre de los huesos rotos, es la infección vírica más común que se transmite de los mosquitos a las personas. La mayoría de los individuos con dengue no presentan síntomas y se recuperan en una o dos semanas. Pero algunos desarrollan dengue grave y necesitan atención hospitalaria.
«En algunos casos, sobre todo cuando se contrae la infección por segunda vez, lo que llamamos una infección secundaria, puede dar lugar a un dengue grave, que también puede ser mortal», explicó Velayudhan.
El dengue lo transmite el mosquito de la especie Aedes. La enfermedad es más común en climas tropicales y subtropicales. Su incidencia ha aumentado drásticamente en todo el mundo en las últimas décadas, añadió.
Los casos aumentan rápidamente
«En 2000, teníamos alrededor de medio millón de casos y hoy, en 2022, registramos más de 4,2 millones, lo que realmente muestra un aumento de ocho veces». Dijo que ese número bien podría aumentar a medida que tengan cifras más y más precisas.
Asia representa alrededor del 70% de la carga mundial de la enfermedad y las perspectivas de futuro son sombrías, según el experto.
«El mosquito consigue sobrevivir incluso cuando hay escasez de agua», explica Velayudhan. «Así que, tanto en una situación de inundación como de sequía, el dengue puede aumentar. El virus y el vector se multiplican más rápido a mayor temperatura. Es un hecho bien conocido».
La enfermedad no tiene un tratamiento específico y no existe una intervención farmacológica directa. Normalmente, se trata con medicamentos para tratar la fiebre y el dolor.
La prueba del dengue tarda de dos a tres días en dar resultados fiables. Sin embargo, se están desarrollando varias herramientas nuevas que permiten albergar mayores esperanzas de prevenir y controlar el dengue, como un mejor diagnóstico.
Ensayos antivirales
Algunos antivirales están en fase de ensayo clínico. «Dos o tres de estos candidatos están superando los ensayos de fase dos y pasarán a la fase tres, lo cual es muy prometedor», dijo Velayudhan. «También hay una vacuna contra el dengue en el mercado, que tiene ciertas limitaciones, y otras dos candidatas están en fase de desarrollo y se están revisando».
La agencia sanitaria de la ONU insiste en que la prevención es clave. Dado que el mosquito pica durante el día, es importante que la gente se proteja en casa, en las escuelas y en el trabajo rociando repelente alrededor de los edificios. Otras medidas de protección son las espirales antimosquitos y dormir bajo mosquiteras.
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