Cada vez más, los países de todo el mundo reconocen la importancia de contener las emisiones de metano, especialmente en el sector del petróleo y el gas. La semana pasada, el gobierno de los Estados Unidos anunció US$700 millones para trazar las emisiones de metano, un poderoso gas de efecto invernadero que contribuye al menos a una cuarta parte del calentamiento climático actual.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático ha instado a reducir las emisiones de metano al menos un 30 por ciento para 2030 para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Reducir las emisiones globales de metano de petróleo y gas en un 45 por ciento lograría tanto beneficio climático en los próximos 20 años como el cierre de 1,000 plantas de carbón.
Pero sin datos concretos, taponar las fuentes de emisiones sería una tarea extremadamente difícil.
Esta es una de las razones por las que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) puso en marcha el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO). Está diseñado para ayudar a los gobiernos a reducir las emisiones, comenzando en el sector energético.
Hablamos con Manfredi Caltagirone, director de IMEO, sobre la última iniciativa del PNUMA, el Sistema de Alerta y Respuesta de Metano (MARS), y cómo está brindando un nuevo nivel de precisión y transparencia al esfuerzo global para reducir las emisiones de metano.
“Ahora compartiremos estos datos con aquellos que pueden actuar para reducir las emisiones sobre el terreno”.
Manfredi Caltagirone, PNUMA
¿Qué es MARS y qué espera lograr con esta iniciativa?
Manfredi Caltagirone (MC): MARS es el primer sistema global disponible públicamente capaz de conectar de forma transparente la detección de metano con los procesos de notificación. Coordina observaciones remotas desde satélites, incluidos los operados por las agencias espaciales europea, italiana y alemana y la NASA, con el objetivo de identificar grandes fuentes de emisión de metano en todo el mundo.
¿Qué hace único a MARS?
MC: Los datos recopilados están vinculados con un proceso de notificación a las empresas que operan campos de petróleo y gas y a los gobiernos donde se producen las emisiones. Esto aumentará drásticamente la transparencia. Ahora compartimos estos datos con quienes pueden actuar para reducir las emisiones sobre el terreno. Otro elemento novedoso de MARS es que los datos, a partir de finales de este año, se pondrán a disposición del público entre 45 y 75 días después de que se haya producido la detección.
¿Por qué no hacer públicos los datos inmediatamente?
MC: En primer lugar, queremos asegurarnos de que la información que compartimos con el público sea precisa y esto requiere tiempo para analizar los datos. Además, no hemos diseñado MARS como una herramienta para avergonzar. Queremos que la nueva información proporcionada por MARS sea una oportunidad para involucrar a empresas y gobiernos en debates sobre la reducción de las emisiones de metano en el sector energético de una manera constructiva y productiva, en lugar de simplemente señalarlos con el dedo. Los gobiernos y las empresas saben que la información se hará pública y esto mejorará la rendición de cuentas y la transparencia.
Una vez que compila estos datos granulares, ¿entonces qué? ¿Cuál esperas que sea la reacción?
MC: Esperamos diferentes reacciones de los gobiernos y empresas con quienes compartimos nuestros datos. Algunos serán constructivos, proactivos y dispuestos a resolver el problema con nosotros. Pero somos conscientes de que hay gobiernos y empresas que ni siquiera cogen el teléfono. Algunos incluso podrían decir: “Tus datos están mal, debe haber un error”. Pero también saben que estos datos serán públicos e incluirán información sobre los comentarios y la cooperación que hemos recibido o no de los países y empresas en cuestión.
En los últimos años, la tecnología satelital se ha convertido en una herramienta muy importante para detectar y medir las emisiones de metano. ¿Puede explicar cómo funciona la tecnología detrás de MARS?
MC: Estamos utilizando varios satélites que están actualmente en órbita para diferentes propósitos porque cada uno nos brinda un conjunto diferente de datos. Actualmente, contamos con Sentinel 5P, un satélite mapeador que la Agencia Espacial Europea lanzó hace unos años. Este satélite cubre el globo diariamente. Con base en estos datos diarios, estamos desarrollando mapas cada tres semanas que señalan dónde se encuentran las concentraciones más altas, o puntos calientes, de metano. También podemos detectar grandes penachos de metano de fuentes individuales con los mismos datos.
Una vez que haya encontrado un punto caliente, ¿qué sucede?
MC: Con base en estos datos iniciales, estamos dirigiendo una clase diferente de satélites, llamados generadores de imágenes de fuente puntual, a los objetivos. Estos satélites tienen una alta resolución espacial y poseen la capacidad de acercarse a la fuente de la emisión de metano. Con más satélites e instrumentos a nuestra disposición, nuestra capacidad para usar estas tecnologías está aumentando y mejorando drásticamente. Es fundamental comprender que el enfoque MARS está científicamente validado y que todos los datos recopilados tendrán una base científica y metodologías revisadas por pares.
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