CADA ANIDACIÓN TIENE ENTRE 70 Y 100 HUEVITOS

En Puerto España, desembocadura del Río San Juan y en Punta Bonita, río Cajambre, están ayudando a salvar las anidaciones de estos reptiles, pues los depredadores, el cambio climático y las altas mareas atentan contra su supervivencia.

El cuidado del ambiente se ha convertido en pilar de trabajo de los consejos comunitarios en Buenaventura, por ello, una de las formas de conservación en la que están trabajando tiene que ver con el monitoreo y la protección de las tortugas marinas, que se ven constantemente amenazadas.

La erosión costera, las altas mareas -provocadas por el cambio climático-, la caza indiscriminada y otros factores, son los causantes de la disminución de tortugas y sus anidaciones en las playas del Pacífico. Por lo tanto, su cuidado para la conservación es urgente.

«Para nosotros, cuidar las tortugas es importante. Junto a mi familia, hacemos recorridos en la playa de día y de noche, en aproximadamente 12 kilómetros, para poder encontrar las anidaciones y trasladarlas a un lugar seguro que tenemos con ayuda de la CVC, pues con el cambio climático las mareas se están subiendo cada día más, entonces, se lleva los huevitos» afirmó Romelia Ruiz, líder en el proceso de tortugas en Puerto España.

La mujer dio una cifra que más que un guarismo, representa esperanza: “poder cuidarlas durante su tiempo de anidación, hasta que eclosionan, es para mí una de las cosas más gratificantes, ya que cada anidación tiene entre 70 y 100 huevitos, que representan vida para nosotros y para el océano”, concluyó.

Las acciones realizadas en las comunidades de la zona rural de Buenaventura son permitidas gracias a un conjunto de entidades que velan por el cuidado del ambiente, entre ellas, la CVC, que ha capacitado constantemente a sus habitantes en el reconocimiento de las especies de tortugas, la correcta marcación, sus anidaciones y mucho más.

Tania Díaz Celorio, perteneciente al grupo Guardianes del manglar de Punta Bonita, río Cajambre, aseguró: «nosotros construimos un tortugario con la ayuda de la CVC y ahí llevamos con cuidado las anidaciones que dejan las tortugas en la playa, para evitar los peligros y que logren eclosionar. No solo hacemos esto, sino que devolvemos al mar las tortugas que caen en las redes de pesca artesanal, que hacemos por tradición».

La esperanza para esta preciada especie marina aumenta en el Pacífico vallecaucano, debido a que las sensibilizaciones en los consejos comunitarios han dado frutos y hay un mayor interés por la conservación de la biodiversidad.

Redactó: Danna Rachelt Asprilla Mosquera – Comunicaciones CVC
Revisó: Wilson García y Mauricio Guzmán Ferraro – Comunicaciones CVC

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