Madrid.- Envases comestibles y edificios que se pueden desmontar en un solo día son algunas de las ideas sostenibles que ha puesto en marcha el diseñador, arquitecto e inventor, Rodrigo García González, cofundador junto a Pierre Paslier de la empresa Notpla, cuya “misión” es “hacer desaparecer los envases”.

El objetivo de esta compañía, cuyo nombre es una abreviatura de ‘not plastic’ (no de plástico) es “reemplazar los envoltorios de plástico”, un material “relativamente nuevo y súper resistente muy bueno, demasiado bueno como para utilizarlo en cosas de un solo uso”, ha afirmado en una entrevista a EFE.

Por ello, García González y su equipo se enfocan en la fabricación de productos sostenibles para “buscar la manera de darle algo positivo al planeta, regenerarlo y no dejarlo como está”, como por ejemplo el envase comestible ‘Ooho!’, una “botella” muy especial con forma de burbuja confeccionada con algas y otros ingredientes naturales, que ha sido diseñada reducir drásticamente la cantidad de plástico utilizado hoy día en los envases de bebida.

El inventor, que comprende las reticencias de algunos consumidores, aclara que “se puede ingerir pero no es necesario comérsela, ya que es biodegradable” y propone que cada cual tome su decisión porque “es como las frutas, que todas tienen piel y el consumidor puede elegir si se la quiere comer o no”.

Es precisamente en las frutas en las que ha encontrado inspiración para este invento ya que “buscamos la analogía con la Naturaleza” y conseguir plásticos biodegradables “es un buen punto de partida” para ello, pero también ha defendido la importancia de aprovechar el poso tradicional.

“Creo que en la tradición, y en la tradición española en concreto, hay muchas maneras de aprender”, ha apuntado, “en cualquier tipo de disciplina, tanto en la gastronómica como en la forma en la que comercializábamos antes, en cómo trazábamos los productos” y pone como ejemplo “el botijo de toda la vida”, que almacenaba el agua fresca y “duraba generaciones”.

 Del plástico comestible a la arquitectura reutilizable 

“Pipetas” monodosis para el envasado de aceites comestibles, “perlas” de un solo uso para el dentífrico o papel confeccionado con fibras y biomasa de algas son otras propuestas de esta compañía.
La innovación desarrollada por su equipo ha ganado reconocimiento en la lucha a favor de la sostenibilidad y contra la contaminación provocada por los residuos plásticos de un solo uso, pero además de este campo explora otro como el de la arquitectura sostenible a través de los “sistemas arquitectónicos portátiles” para construcciones flexibles y reutilizables.

Esta iniciativa pasa por la instalación de estructuras que pueden montarse y desmontarse en apenas unas horas y que son útiles para actos, emergencias o necesidades puntuales, sin ocupar un espacio previo o construyendo desde cero.

A vueltas con la tradición, también existen “muchos ejemplos de arquitectura sostenible en la tradicional”, de la que García González asegura haber aprendido durante “años” la importancia de utilizar materiales del propio entorno de la construcción.

De ahí nace la posibilidad de levantar edificaciones que no precisen movilizar “tanto transporte” y, en lugar de ello, hacer posible “el alquiler de edificios de la misma manera que alquilas o compras una tienda de campaña y que, además, puedas llevarlos contigo”.

García González es uno de los invitados en el Audi Summit for Progress 2023, que reúne a profesionales reconocidos por sus iniciativas innovadoras y de enfoque sostenible y que se celebra hoy en Madrid, donde ha ofrecido una charla titulada ‘El futuro lleva piel con sello español’. EFEVerde.