Para muchos, el béisbol es sólo un juego. Para otros, una forma de vida. Para Ichiro Suzuki, el béisbol es vida. El futuro Salón de la Fama de 50 años sencillamente no puede alejarse del juego, ya sea uniformándose con los Marineros para ayudar al equipo a entrenar o empalmando jonrones hacia unas ventanas de vidrio.
El martes por la noche en el Domo de Tokio, Ichiro se trepó a la lomita para el evento anual de Juego de las Estrellas ante las mejores jugadoras femeninas de las secundarias de Japón. Si pensaste que Ichiro – o Daisuke Matsuzaka, quien también estuvo en la alineación – no se lo iban a tomar en serio, te equivocas.
Ichiro lanzó un blanqueo con 116 pitcheos, ponchó a nueve rivales, otorgó dos pasaportes y permitió sólo tres hits en el triunfo por 4-0. Y quizás lo más impresionante sea el hecho de que alcanzó 86 millas por hora con su recta.
Claro, ése no fue el único lanzamiento en el repertorio de Ichiro, quien también lució un slider decente.
Además, antes del partido también dio una demostración con grandes batazos en la práctica. Pero en el juego, Ichiro logró romper su mala racha, tras no poder dar hits en los últimos dos partidos de exhibición.
“Personalmente, estoy contento de haber podido batear. Estuve muy feliz”, expresó Ichiro tras el juego. “He dado algunos hits como profesional, así que estaba frustrado. Me puse como meta dar uno hoy. Estoy muy feliz”.
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