Si bien, en el caso del Amazonas, siendo la mayor selva tropical del planeta, su progresiva deforestación puede provocar un considerable aumento de las enfermedades zoonóticas, también es cierto que es la primera vez que la deforestación anual cae por debajo de los 10.000 km cuadrados desde 2018.

Todo parece indicar que las políticas para frenar la deforestación están teniendo efecto, desde los programas para monitorear y controlar, iniciativas de conservación hasta alianza con otras naciones con bosque. Sobretodo cuando, la deforestación del Amazonas  en 2022 se aceleró a unos niveles nunca vistos. Aproximadamente 430 kilómetros cuadrados de la selva amazónica fueron talados solo durante el mes de enero 

La deforestación disminuye en la Amazonía

La deforestación en la selva tropical más grande de la Tierra disminuyó un 22% en el año que finalizó el 31 de julio de 2023, según datos publicados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil.

El análisis de imágenes satelitales realizado por el INPE encontró que la tala de bosques en la Amazonía brasileña totalizó 9.001 kilómetros cuadrados, un área aproximadamente del tamaño de Puerto Rico. La estimación del INPE es preliminar. Se espera que los datos finales del “año de la deforestación” se publiquen en el segundo trimestre de 2024.

Distribución espacial actual (2001-2018) de los cuatro principales impulsores de la degradación forestal en la selva amazónica, excluyendo la deforestación y las áreas de sabana. (A) Ocurrencia de sequía extrema, (B) área quemada, (C) extracción de madera, (D) área dentro de un borde de bosque. Imagen: The drivers and impacts of Amazon forest degradation.

Según datos del INPE divulgados el jueves, en julio se despejaron 499.91 kilómetros cuadrados de selva tropical, una reducción del 66% frente a los 1.486.71 kilómetros cuadrados de julio pasado. Al observar los datos anuales, desde agosto de 2022 hasta julio de 2023 el área de la selva tropical perdida debido a la deforestación es la más baja en cuatro años.

Los datos destacan una marcada disminución en la deforestación desde que el presidente Lula da Silva asumió en enero. Su ministra de medio ambiente, Marina Silva, dice que la política del gobierno de aumentar la vigilancia y multar a los perpetradores jugó un papel importante en la reducción de la deforestación.

“Es el fin de la expectativa de impunidad”, dijo Silva a los periodistas en una conferencia de prensa anunciando los resultados. “Cuando uno ve el aumento de operativos, cuando uno ve la salida de ganado de las unidades de conservación que han sido embargadas, que hay una decisión judicial, eso crea un círculo virtuoso de no esperar más la impunidad”.

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