No fue un partido sencillo para el combinado albiceleste, superados por el poderío físico de un combinado africano que cerró con una gran actuación su participación en el certamen juvenil. 

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Argentina 0-3 Mali | Playoff por el tercer puesto

Goles: 9′ Ibrahim Diarra (S), 45′ Mamadou Doumbia (S) y 48′ Hamidou Makalou (S)

Jugador del partido: Hamidou Makalou (S)

No era un partido sencillo para ninguno de los dos, después de haber estado tan cerca de alcanzar la final. Pero Argentina, que había viajado a Indonesia con una camada ilusionada con conseguir el único título que le falta a su estructura masculina, la derrota por penales ante Alemania en las semifinales fue un puñal. Por su agónica reacción que concluyó en un desenlace estéril, por el bajón anímico que vino después para un país acostumbrado a levantar títulos.

Malí impuso superioridad física, estableció una rápida diferencia inicial y golpeó tanto al cierre de la primera mitad como en el inicio de la segunda para establecer el 3-0 definitivo. La definición de Hamidou Makalou, con caño y gambeta dentro del área, bien podría entrar en la discusión por el mejor gol del torneo y, por qué no, el mejor del año. Argentina no tuvo respuestas ante un rival de perfil similar a la Senegal que lo había vencido en el debut del certamen: «Era mejor equipo que Senegal, desde lo físico también fuertes. Sabíamos que nos enfrentábamos a un buen equipo que desde lo físico y lo mental estaban mejor», explicó Diego Placente a TyC Sports post partido.

Ulises Giménez, uno de los estandartes de la última línea que hoy salió desde el banco de suplentes, lo reconoció post partido: «Fue un partido muy difícil, veníamos de una dura derrota con Alemania que nos tocó a todos, porque veníamos bien y nos ganaron por mínimos detalles. Hoy jugamos golpeados, como se debe, poniendo huevos hasta el final. Estamos orgullosos».

En la misma sintonía declaró Placente, el formador de una camada ilusionante: «Desde lo anímico nos costó, teníamos la ilusión de jugar la final, fue un partido estresante el último. Era difícil levantar, encima nos tocó un equipo físico que nos presionó mucho, no teníamos desde lo físico la respuesta. Ellos jugaron muy bien, no pudimos hacer nuestro juego, físicamente fueron superiores. Estamos contentos con lo que hicieron, se entregaron hasta lo último. Quedamos dolidos del partido anterior y se notó, pero estamos orgullosos de lo que hicieron durante todo el torneo».

Para Argentina, más allá del resultado final y del cuarto puesto, fue una actuación auspiciosa para el futuro. Con una selección mayor campeona del mundo, los jóvenes en Indonesia demostraron que su país es una cantera inagotable de talentos. Mientras otros que se sumarán eventualmente al equipo dirigido por Lionel Scaloni se lucen en Europa en sus primeras noches grandes con sus clubes, los adolescentes que defendieron la celeste y blanca evidenciaron el potencial que pueden alcanzar con un cuarteto ofensivo ilusionante conformado por Echeverri, Ruberto, Ian Subiabre y Santiago López.

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