Muy cerca estuvo el Girona de cosechar una nueva victoria a domicilio. Los catalanes su nutrieron a costa del Betis, que a base de insistencia logró el gol del empate a pocos instantes para el final del partido.

Lleno hasta la bandera se presentó el Benito Villamarín para recibir al líder de la Liga antes de celebrar la Navidad. No fue la noche de los peluches, pero sí la de la emoción hasta el último suspiro.

No se equivocó Pellegrini cuando introdujo en la previa que el Girona ‘es candidato a esta Liga’. Los hombres dirigidos por el chileno sufrieron durante el primer tiempo la efectividad de los de Míchel, a pesar de ser los locales quienes gozaron de las más claras antes de irse al descanso.

Esas ocasiones, una de ellas manifiesta de gol, ya se la perdió Héctor Bellerín, que tuvo que retirarse al cuarto de hora de partido por sus molestias en el tobillo derecho. Entró Ruibal, aunque no fue el único tobillo que sufrió durante la tarde noche. David López, justo dos días después de anunciarse su renovación, tuvo que marcharse del verde para dar entrada a Juanpe que, a pesar de lamentar la mala fortuna de su compañero, celebró paralelamente sus 234 partidos con el cuadro ‘gironí’, convirtiéndose en el jugador con más actuaciones profesionales de la historia.

Con todo el pescado por vender, Diao dio un último empujón de fuerza para ganar a Couto en un balón dividido y peligroso. El balón se fue alto a la par que la grada ya encaraba el grito de gol casi a la media hora de partido.

El gol llegó, sí, pero para el otro costado. Los minutos de tanteo entre ambos acabaron con la jugada de Savinho dentro del área hasta provocar un penalti tras el pase de Pablo Torre. Ruibal cayó en la trampa en el recorte del brasileño y Dovbyk fue el encargado de hacer lo propio desde los once metros (39’).

Le tocó reaccionar al Betis, que se puso el mono de trabajo para intentar contrarrestar el juego y la posesión de los catalanes. Fue el momento para Pablo Torre, que aprovechó su primera titularidad liguera para repartir balones a la contra con desparpajo entre líneas. El cántabro firmó una buena actuación.

El míster verdiblanco no se lo pensó, al cruzar la hora de encuentro agotó todos sus cambios en busca de una reacción inmediata de los suyos. Y lo consiguió, el dominio pasó a dominio de los locales, que buscaron permanentemente un hueco frente a una defensa gerundense muy bien posicionada.

Los ‘blanc-i-vermells’ buscaron el control, pero el gran esfuerzo minó las energías de un equipo que se reforzó todo lo que pudo con los cambios en busca de un plus de física. Ni con ello se libró el Girona del obús de Pezzela a un minuto de llegar a los 90 reglamentarias. El rechace en el saque de esquina premió a los andaluces con un fuerte disparo del argentino (88’).

Fue un gol que provocó una nueva reacción catalana, pero los cuatro de añadido no dieron la oportunidad de ver más goles en un partido que levantó los aplausos de los 50.000 presentes. El Girona seguirá en lo más alto de la tabla y el Betis seguirá sin despegarse de la séptima plaza.

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