La energía está en el centro de un doble desafío: no dejar a nadie atrás y proteger el Planeta. Y la energía limpia es crucial para su solución.
En un mundo que lucha contra el cambio climático, la energía limpia desempeña un papel vital en la reducción de emisiones y también puede beneficiar a las comunidades que carecen de acceso a fuentes de energía confiables. Todavía hoy, 675 millones de personas viven en la oscuridad: 4 de cada 5 viven en el África subsahariana.
La conexión entre energía limpia, desarrollo socioeconómico y sostenibilidad ambiental es crucial para abordar los problemas que enfrentan las comunidades vulnerables en todo el mundo.
Para las poblaciones sin acceso a energía limpia, la falta de energía confiable obstaculiza la educación, la atención médica y las oportunidades económicas, y muchas de estas regiones en desarrollo todavía dependen en gran medida de combustibles fósiles contaminantes para su vida diaria, lo que perpetúa la pobreza. Si las tendencias actuales continúan, en 2030 una de cada cuatro personas seguirá utilizando sistemas de cocina inseguros, insalubres e ineficientes, como la quema de leña o estiércol.
Aunque esta situación ha ido mejorando, el mundo no está en camino de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (ODS7), que pretende garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos de aquí a 2030. La Asamblea General celebrará un balance mundial sobre el ODS 7 en abril de 2024 para evaluar el progreso y recomendar soluciones.
…y por nuestro planeta
Pero la adopción de energía limpia también es parte integral de la lucha contra el cambio climático.
Una gran parte de los gases de efecto invernadero que cubren la Tierra y atrapan el calor del Sol se generan mediante la producción de energía, mediante la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) para generar electricidad y calor.
La ciencia es clara: para limitar el cambio climático, debemos poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles e invertir en fuentes alternativas de energía que sean limpias, accesibles, asequibles, sostenibles y confiables. Las fuentes de energía renovables –que están disponibles en abundancia a nuestro alrededor, proporcionadas por el sol, el viento, el agua, los desechos y el calor de la Tierra– se reponen por la naturaleza y emiten pocos o ningún gas de efecto invernadero o contaminantes al aire.
Al mismo tiempo, mejorar la eficiencia energética es clave. Utilizar menos energía para obtener el mismo resultado (mediante tecnologías más eficientes en los sectores del transporte, la construcción, la iluminación y los electrodomésticos, por ejemplo): ahorra dinero, reduce la contaminación por carbono y ayuda a garantizar el acceso universal a la energía sostenible para todos.